Guatemala

Familia vive dolor por paciente en coma

La familia González Díaz está a la espera de que se resuelva un amparo para evitar que le retiren la atención médica a Édgar Augusto González Sandoval, de 60 años, quien permanece en coma desde hace tres semanas, en el Hospital Américas.

Édgar GonzÁlez, junto a su esposa —inserto—. Arriba, su hijo Renato,  en el hospital, y varios familiares.

Édgar GonzÁlez, junto a su esposa —inserto—. Arriba, su hijo Renato, en el hospital, y varios familiares.

La pesadilla de esta familia comenzó el 15 de agosto recién pasado, cuando el paciente llegó al Hospital Ciudad Vieja, zona 10, para que le extrajeran un lipoma —bola de grasa— en la espalda, por medio de una cirugía menor.

Los trámites para concretar la operación ocuparon ocho meses, y el costo de esta fue de Q200, lo cual fue cubierto por el seguro Grupo Medax —Corporación de Hospitales—.

Renato González, su hijo, refirió que esa mañana su padre ingresó”sonriente y entusiasta” en la sala de cirugía del Hospital Ciudad Vieja, y junto a su madre, Malena Díaz, pasaron a la sala de espera.

Desde entonces, relataron, viven una mezcla de frustración, desesperación, impotencia y devastación emocional.

Complicación

Esa mañana, al notar que González Sandoval llevaba más de una hora en el quirófano, hijo y madre se preocuparon y buscaron respuestas, pero nadie apareció. Transcurrió un tiempo más y el médico Mayco Araujo y el anestesiólogo Óscar Sarti salieron a darles información.

“Hubo una pequeña complicación”, escucharon, y quedaron perplejos al enterarse de que el paciente se encontraba en mal estado de salud.

“Los niveles de oxígeno disminuyeron por debajo del mínimo aceptable —90—. Lo estabilizamos, pero hay que esperar a que despierte”, agregaron los médicos.

Una hora más tarde observaron que los facultativos y enfermeras lo trasladaban a la sala de cuidados intensivos. “Convulsiones”, lograron escuchar mientras estos corrían a entubarlo para “calmarlo”.

Siguieron con una tomografía. Mientras, el tiempo transcurría, llegó la noche y la opción de inducirle coma barbitúrico. Con esto el paciente debía reaccionar en 48 horas, pero no sucedió.

Malena Díaz contó: “Ante la insistencia, los médicos nos explicaron que tuvo paro respiratorio, falta de oxígeno por más de tres o cuatro minutos. Le dieron masaje en el corazón y le inyectaron adrenalina, lo que ocasionó daño cerebral”.

Posteriormente ingresó en la habitación donde reposaba su esposo, le acarició la cabeza y notó un chichón.

Consultaron a los especialistas y estos aseguraron que desconocían sobre esa inflamación. Un médico dijo que se trataba de un golpe, pero nadie explicó qué paso.

Posoperación

Al ver que el paciente no respondía, los médicos sugirieron trasladarlo a otro hospital de la misma red —Las Américas—, pues allí cuentan con el equipo necesario, pero advirtieron de que el seguro médico había llegado a su límite —Q100 mil—, y antes de movilizarlo la familia tuvo que abonar Q30 mil.

Le hicieron una serie de exámenes, pero a causa de la entubación el paciente contrajo neumonía y ahora debían alimentarlo por la vía intravenosa. El diagnóstico confirmó daños cerebrales.

El 24 de agosto, los médicos alertaron a la familia de que, debido a la inflamación en el cerebro, había “probabilidad alta de que quedara de por vida en estado vegetal o morir por cualquier deficiencia”.

La denuncia

Los familiares de González Sandoval denunciaron en el Ministerio Público, según consta en el expediente 2012-118986, por daños gravísimos, a los dos médicos —Araujo y Sarti—, y al hospital Ciudad Vieja, por medio de su representante legal. “Queremos responsabilizar al hospital. Sabemos que pasaron muchas cosas que no debieron suceder. Además, deben asumir los gastos, porque mi papá ingresó por algo menor”, afirmó Renato González.

El 22 de agosto, personal del Instituto Nacional de Ciencias Forenses se presentó al sanatorio para analizar el expediente y efectuar otras diligencias.

Ayer, Renato González llegó al nosocomio acompañado de un representante de la Procuraduría de los Derechos Humanos, ya que en el hospital le dijeron que hasta ahora tiene una deuda de Q302 mil.

Representantes de los médicos, administrativos y abogada del centro asistencial informaron que hoy se reunirían con la Junta Directiva para analizar el expediente.

González relató que su padre se jubiló, trabajó como gerente regional de una multinacional y se retiró para concretar proyectos propios, como impartir clases y asesorías.

“Era muy sano, hacía deporte; raras veces enfermó. En su vida visitó pocas veces los hospitales o médicos”, refirió.

“Esto era una cirugía menor. Tuvo que salir en 30 minutos, pero ya no despertó”, lamentó González.

Evelyn Hernández, abogada del Hospital, solicitó la credencial de la reportera que cubrió la presente nota y se quedó con una fotocopia, medida que se interpreta como ilegal.

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