De esos casos, 116 fueron de desaparición forzada, 30 asesinatos y 28 encarcelamientos injustos, entre otros.
“Somos juntos mucho más fuertes que los señores de la muerte del crimen organizado ilegal y del crimen organizado legal (en referencia a políticos corruptos)”, dijo Sicilia en el Zócalo ante cientos de personas, entre los que había miembros del Sindicato Mexicano de Electricistas y de grupos populares.
El poeta agradeció al grupo de escoltas (agentes federales y del estado de Morelos) que protegió la ruta de la caravana, que recorrió unos 3 mil kilómetros.
La caravana, que llevó a unas 600 personas en 14 autobuses, llegó hasta los límites entre el sureño estado de Chiapas y Guatemala, pero no logró cruzar al país centroamericano como era la intención de los organizadores, quienes adujeron razones de seguridad.
En Chiapas, Sicilia y otras 29 personas que han sufrido la pérdida de algún familiar a manos del crimen organizado fueron recibidas en la comunidad de Oventic por seis integrantes encapuchados de la Junta de Buen Gobierno de esa región, bajo influencia del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).
En ese encuentro, al que no acudió el subcomandante “Marcos” ni ningún miembro de la comandancia del EZLN, los indígenas zapatistas escucharon los testimonios de los familiares.