El proyecto consiste en la creación del Museo Maya de América, una obra ambiciosa y cuya sola concepción representa un compromiso de enorme envergadura para sus promotores, por sus implicaciones en un tema tan sensible como es el de administrar un tesoro nacional, perteneciente al patrimonio cultural de la nación y de la humanidad.

Como todo gran proyecto, el solo planteamiento del diseño y construcción de este museo ha despertado toda clase de conjeturas. Unas más válidas que otras, algunas referentes a su localización y otras a su pertinencia. De acuerdo con los planes, ocuparía los terrenos en donde actualmente se encuentra el Mercado de Artesanías, vecino al Parque Zoológico La Aurora, el cual sería instalado con todos sus servicios en un área adyacente. Este es un primer elemento de conflicto que, de hacerse realidad el proyecto, requerirá de un proceso maduro de negociaciones y acuerdos que satisfagan los intereses de todos los protagonistas.

El diseño presentado por el arquitecto Harry Gugger, en el contexto de Los Angeles Art Show 2014, es el de un museo de clase mundial capaz de generar una poderosa fuerza de atracción. Concebido para dar a conocer el tesoro maya, pretende convertirse en un centro para la recuperación, conservación y divulgación de las valiosas piezas que se encuentran repartidas en colecciones privadas —debidamente registradas y catalogadas por el Instituto de Antropología e Historia—, las cuales se han mantenido alejadas de la vista pública y de los estudiosos de la cultura maya.

Una obra de tales dimensiones —se habla de 60 mil metros cuadrados de construcción— tendría un importante impacto en el turismo y, por ende, en la economía del país. Esto sugiere la necesidad de abordarlo desde una perspectiva de participación de todos los sectores, ya que aun cuando se trate de una iniciativa del sector privado, los tesoros mayas constituyen el legado de una cultura que aún camina por las calles, una cultura ancestral impresa en el espíritu mismo de la nación y, por ende, un patrimonio común que enaltece a Guatemala.

Guatemala merece rescatar sus grandes tesoros culturales, pero también necesita las instalaciones adecuadas para protegerlos y darlos a conocer. Los museos nacionales no las tienen y de mantenerse las políticas de marginación del sector cultural, prevalecientes durante las últimas décadas, jamás las tendrán. Este proyecto, de realizarse de acuerdo con los planes, podría llenar ese inmenso vacío.

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