El abordaje transoral permite prescindir de las heridas quirúrgicas externas, a la vez que facilita el período posoperatorio. Este tipo de abordaje requiere un procedimiento que supone una agresión quirúrgica importante, además de una mayor incisión externa y, por lo tanto, más complicaciones.
La principal ventaja de esta cirugía reside “en que la función de la lengua queda mejor preservada, al no tener que desinsertar la musculatura lingual que interviene en la deglución, como ocurriría en el caso de un abordaje exterior”, explica el doctor Juan Alcalde, especialista del Departamento de Otorrinolaringología de la Clínica.
La asistencia con el robot Da Vinci se utilizó para la sutura del injerto a la zona lesionada por el tumor, con el objetivo de reconstruir la región de donde se había extirpado.
Este procedimiento quirúrgico reconstructivo está indicado siempre en un contexto oncológico, tras la extirpación de tumores. “La posibilidad de reconstruir la zona lesionada por vía transoral supone un avance obtenido gracias a la cirugía robótica”, dice Alcalde.
A la dificultad de la sutura del injerto con que se reconstruye la zona afectada se le añade la de hacerlo con los catéteres para administrar posteriormente la braquiterapia —tipo de radioterapia aplicada directamente en la zona tumoral—, agrega Alcalde.
“Se trata de un importante progreso, porque estamos cambiando el concepto de cirugía con abordaje externo por la de un acceso transoral, con mejor conservación de estructuras anatómicas y con más rápida recuperación funcional”, indica el médico.