Tal es el caso de Abre los ojos (Alejandro Amenábar, España, 1997), filme en el que está basado el nuevo trabajo de Tom Cruise.

Vanilla sky cuenta la historia de un joven empresario, que tiene completo control de su vida, sin embargo, de pronto se ve inmerso en una cadena de situaciones que llegan a perturbar su vida de éxito, haciendo que todo se salga de control.

El trabajo de llevar de nuevo a la pantalla Abre los ojos, fue encomendado a Cameron Crowe, quien cuenta entre sus créditos Jerry Mcguiere y Casi famosos, producciones, más o menos lights, que en su momento le ganaron el reconocimiento de la crítica. Crowe es un director con bastante oficio, pero en esta ocasión no le alcanzó para lograr un buen resultado, pues al adaptar el guión original a su propio estilo, le suprimió dos componentes básicos, el suspenso y la complejidad. Planteado de esta manera, nos encontramos ante una cinta cuya narración discurre sin complicaciones, para asegurarse de que así sea, el recorrido del filme explica qué es lo que esta pasando con el protagonista, algo que no sucede en Abre los ojos, en donde la participación del espectador es mucho más activa.

Uno de los fallos de la película de Amenábar son las actuaciones. En Vanilla Sky sucede lo mismo, Tom Cruise no logra una buena actuación, su personaje luce inexpresivo y sobreactuado. De Penélope Cruz, ni se hable, a pesar de repetir el papel que tuvo en la versión española de este filme, su actuación es bastante mala. Lo cierto es que desde que incursionó en el cine made in USA, cada vez actúa peor; la única que se salva, en el apartado de las actuaciones es Cameron Díaz, su personaje es el más consistente de la película.

Vanilla Sky aporta muy poco a la versión original, por lo tanto, puede decirse que es una cinta fallida, misma que sólo será recordada como una mala copia de Abre los ojos.

Calificación seis.

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