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Bibliotecas comunitarias fomentan la lectura en niños y adolescentes

La falta de bibliotecas no debería ser una excusa que evite inculcar el amor por la lectura. Así lo afirman los pobladores de  San Carlos Sija, Huitán y Cabricán, en Quetzaltenango, que en su empeño por ofrecer un mejor futuro a los niños de su localidad fundaron sus propias bibliotecas. 

Bibliotecas comunitarias buscan que niños y adolescentes tenga un mejor futuro. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL).

Bibliotecas comunitarias buscan que niños y adolescentes tenga un mejor futuro. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL).

Coloridos murales, miles de libros y computadoras con servicio de internet  atraen a los jóvenes y niños que ya no deben viajar de 1 a 2 horas para visitar la  biblioteca en la cabecera departamental de Quetzaltenango, pues ahora ya  cuentan con una más cerca y que además les proporciona espacios para recibir talleres.

Las bibliotecas Nuevo Amanecer (Cabricán), Fuente de Sabiduría (San Carlos Sija) y Mi Nuevo Mundo (Huitán) son parte de un proyecto que funciona desde hace más de 10 años en Guatemala y se mantiene gracias a la ayuda de la Fundación Riecken y de las municipalidades.

Kelly Ochoa, secretaria de la Asociación de Bibliotecas Innovadoras Tejiendo Sabiduría, comenta que  en esos recintos también se da estimulación temprana a niños.

“Cada una de las bibliotecas funciona por medio de una junta directiva o comité, cuyos integrantes donan su tiempo para supervisar las mismas”, indica. 

Fuente de Sabiduría

El municipio de San  Carlos Sija cuenta con un refugio literario llamado Fuente de Sabiduría, una biblioteca al que acuden decenas de niños del pueblo y las aldeas aledañas.

Las  sonrisas de los pequeños se escuchan entre los pasillos, mientras con sus manitas toman los libros que les abrirán un mundo de conocimiento.  “No somos una biblioteca tradicional en las que los visitantes guardan silencio y solo pueden sentarse a leer. Somos  innovadores que trabajamos con cuentos, películas, clubes de lectura y grupos de mujeres quienes aprenden a hacer manualidades y reciben talleres de autoestima”, comenta Lucero Girón, una de las tres encargadas de la biblioteca Fuente de Sabiduría.

Esta biblioteca funciona desde hace 9 años y tiene 6 mil libros de diferentes temáticas y 7 computadoras, algunas conectadas a internet. Por las tardes los jóvenes y niños acuden para hacer las tareas escolares y leer. “Se estima que mensualmente vienen mil visitantes y se benefician otras mil con las actividades que se organizan.  Nuestra finalidad es servir a la comunidad y promover actividades educativas”, explica Girón.

Mi Nuevo Mundo

La biblioteca Mi nuevo mundo, en el municipio de Huitán, comenzó con un peregrinaje extenso por no contar con un lugar propio para resguardar sus libros. “Antes éramos una biblioteca municipal, pero no contábamos con un espacio, entonces peregrinábamos con los libros, los cuales se deterioraban por la lluvia”, recuerda Idalma Soto, encargada del recinto literario. “Esto cambió gracias a las gestiones de la fundación Fundación Riecken, pues consiguieron un terreno para la biblioteca”, agrega.

Soto explica que la municipalidad les dio el terreno y se logró la construcción del edificio para los libros. En la  actualidad este es visitado  por 15 mil personas al año y cuenta con un área para cuentacuentos, un salón para reuniones de jóvenes en donde también se les enseñan bailes folclóricos y se organizan talleres para que aprendan alguna actividad con la que  puedan generar recursos económicos.

“Las personas ven la biblioteca como un lugar de referencia. Los jóvenes vienen aquí para hacer trabajos del colegio y utilizar el internet. También tratamos de infundir  en ellos un acercamiento a los libros”, añade.

Nuevo Amanecer

Incrustada en la montaña, bajo los verdes montes del altiplano, se encuentra la biblioteca Nuevo Amanecer, en el municipio de Cabricán, que tiene 7 años de funcionar. Esta ofrece una gama de 6 mil 600 libros y 4 computadoras con servicio de internet.

Para los jóvenes de Cabricán, este es un lugar al que pueden acudir para leer libros y también convivir sanamente.
“La biblioteca es lo mejor del municipio. Podemos leer cuentos y encontramos libros para hacer los trabajos del instituto”, dice  Elizabeth Ixcoy, 16 años, estudiante de Cabricán.

Con el objetivo de combinar la tecnología y la lectura, las encargadas de las bibliotecas han tomado algunas iniciativas: para usar las computadoras, los niños y adolescentes deben leer un libro y compartir un análisis de este. El uso del internet para hacer tareas de la escuela es gratuito, pero si utilizan redes sociales deben cancelar Q2 por
hora.

Kelly Ochoa, secretaria de la Asociación de Bibliotecas Innovadoras Tejiendo Sabiduría, indica  la misión de la organización es el cuidado de las 12 bibliotecas comunitarias y gestionar para que todas funcionen adecuadamente. 

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