Esta cirugía consiste en tomar un vaso sanguíneo de la pierna o del brazo para utilizarlo como desviación de una arteria coronaria estrecha y obstruida. El objetivo es suministrar sangre a las zonas del corazón que más sufren falta de riego sanguíneo debido a lesiones en las coronarias, causadas por depósitos de colesterol y grasas que tapan las arterias.

Se realiza para tratar la cardiopatía isquémica, ocasionada por la obstrucción de las coronarias, y cuando ya no hay otras alternativas de tratamiento, explica el doctor Edgar Samuel Ramírez Marroquín, Jefe de Cirugía Cardiaca, de la Unidad de Cardiología del Hospital El Pilar, quien dirigió el equipo médico multidisciplinario.

Lo que hace la cirugía es brincarse la obstrucción y generar un puente para llevar el flujo sanguíneo desde la aorta hasta el corazón. Al obstruirse estas arterias de forma parcial o completa, el corazón no recibe suficiente oxígeno transportado por la sangre y puede provocar angina de pecho o infarto de miocardio.

“Esta nueva etapa de la cirugía cardíaca en Guatemala ofrece a pacientes locales y de la región centroamericana alternativas de tratamientos que antes se veían en la necesidad de buscar en otros países”, Federico Ranero Cabarrús, Director Médico del Hospital El Pilar.

Un equipo multidisciplinario

El equipo que realizó la operación fue multidisciplinario, requirió de tres cirujanos, dos anestesiólogos, perfusionistas, intensivistas, radiólogos, químicos biólogos e ingenieros que manejan los distintos equipos antes, durante y después de la operación.

Después de la cirugía, el paciente se recupera en la Unidad de Cuidados Intensivos 24 horas bajo el cuidado y monitoreo de especialistas. Posteriormente se requiere de siete días más en el hospital antes de regresar a casa.

El Hospital El Pilar, mediante el Departamento de Cardiología, ofrece apoyo a médicos cardiólogos de todo el país para el adecuado diagnóstico y manejo de cada caso.