Edgar Coc recuerda la decisión que cambió su vida. Durante años trabajó lejos de su familia, viajando semanas enteras para poder sostener su hogar. Cuando se unió a NaturAceites hace más de una década, lo motivó no solo un empleo más cercano, sino la posibilidad de crecer profesionalmente sin renunciar a estar presente en la vida de sus seres queridos. “Si la empresa no invirtiera en su gente, no sentiríamos esa motivación para desempeñar nuestra labor”, dice convencido. Hoy, como administrador de Finca, Edgar no solo lidera equipos, también es ejemplo de cómo la estabilidad laboral puede convertirse en un pilar para la vida familiar.

La historia de David Pap sigue una ruta similar. Ingresó como supervisor de Mantenimiento en 2012 y, gracias a la confianza depositada en él, pronto asumió nuevos retos hasta convertirse en administrador de Finca. Para David, cada ascenso no significó únicamente un logro profesional, sino una manera de dar lo mejor a sus hijas e hijos. “NaturAceites me ha dado las herramientas para crecer, y eso beneficia directamente a mi familia”, asegura. Su recorrido es un reflejo del compromiso de la empresa con el desarrollo humano y el aprendizaje continuo.

En las plantas de beneficio, Celvin Vargas es otro rostro de la transformación. Empezó conduciendo camiones de terceros que transportaban fruta, pero su deseo de superarse lo llevó a solicitar una oportunidad en NaturAceites. La consiguió como operador de turbinas y, mientras trabajaba, decidió estudiar los fines de semana. Esa disciplina lo llevó a escalar posiciones hasta convertirse en jefe de Producción. “Construí mi casa, formé mi familia y alcancé estabilidad económica”, cuenta con orgullo. Para él, el valor de la compañía está en creer en la capacidad de sus colaboradores y darles espacio para crecer.

Por su parte, Irwin López inició en 2012 como auxiliar de Planificación y Control. Hoy lidera el área como coordinador, después de un camino de retos y aprendizajes. Más allá de las capacitaciones y ascensos, valora la comunidad que ha encontrado en la empresa. “No solo somos compañeros de trabajo, también amigos. NaturAceites se vuelve una familia”, afirma. Su testimonio refleja cómo la compañía construye vínculos que trascienden lo laboral y se convierten en relaciones de apoyo mutuo.

EL PROPÓSITO DETRÁS DE LA LABOR

Estas historias no son casos aislados: son el reflejo del compromiso social y laboral que NaturAceites ha colocado en el centro de su Estrategia de Sostenibilidad. La empresa entiende que las buenas prácticas inician en el corazón de la empresa; es decir, en las personas que la conforman.

Cada colaborador encuentra en la organización no solo un empleo, sino la posibilidad de formarse, de aportar a su comunidad y de transformar su vida personal. NaturAceites ha creado un ecosistema en el que la inversión en talento humano se traduce en liderazgo, innovación y arraigo local.

El respeto a los derechos humanos es promovido a todo nivel de la empresa. Con base en la Carta Internacional de Derechos Humanos y los fundamentos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), NaturAceites desarrolló nueve Programas de Respeto a los Derechos Humanos (PRDH).

Por otra parte, NaturAceites ha logrado que su compromiso trascienda las fincas y plantas para convertirse en un motor de transformación en más de 130 comunidades de influencia. Sus Programas de Salud han acercado atención médica a familias enteras con jornadas, puestos de salud y ambulancias; mientras que en educación han fortalecido más de 15 escuelas con infraestructura, insumos y alianzas que abren puertas
a la tecnología.

El impacto se refleja también en infraestructura y medio ambiente; la compañía ha contribuido al mantenimiento de más de 300 kilómetros de carreteras y puentes, mejorando la conectividad de comunidades antes aisladas.

En un mundo donde las cifras suelen ser protagonistas, NaturAceites demuestra que el verdadero crecimiento se mide en vidas transformadas. Historias como la de Edgar, David, Celvin e Irwin, quienes hoy escriben un presente más estable y un futuro más prometedor para sus familias.