Compañeros de trabajo indicaron que los dos sujetos tenían turno de noche, y a eso de las 22 horas de ayer ocurrió un apagón, por lo que fue necesario poner en funcionamiento una planta eléctrica para evitar algunos medicamentos que necesitaban refrigeración se descompusieran.
El negocio fue cerrado con llave con las dos personas y la planta adentro. Al estar funcionando, esta emitió gases tóxicos que fueron inhalados por los dos trabajadores.
Irma Rivas, tía de Valiente, señaló que ayer, a las 5.30 horas, él la llamó por teléfono y le dijo que no habían apagado la planta eléctrica porque la energía no había sido restablecida, pero que debido al encierro sentían asfixiarse.
Rivas llegó al negocio una hora después. Cuando entró, su sobrino y Revolorio ya habían muerto.