Heidy García, directora de la FDN, explicó que la idea surgió al analizar el daño que los neumáticos causan en el ambiente debido a que son desechados en los basureros municipales, y al quemarse contribuyen con la destrucción de la capa de ozono.
García dijo: “Se invirtieron cerca de Q11 mil en el proyecto, que concluyó al finalizar el ciclo escolar. Pero no es tanto el valor económico, sino la enseñanza a los niños y papás sobre el cuidado de su entorno natural”.
Iván Cabrera, del Conap, informó que se involucró a los vecinos y alumnos en la ejecución de la obra, a manera de hacerlos sentir importantes, y que se conviertan en multiplicadores de estos conocimientos entre las aldeas vecinas.
Expuso: “Cada padre de familia ayudó a construir los juegos ecológicos, porque están conscientes de que sus hijos los utilizarán el próximo año”.
Sebastián Sub, padre de familia, se siente satisfecho porque su hijo tendrá un espacio para distraerse, y haber participado en la construcción del proyecto le ayudó a adquirir conocimientos sobre el daño que el humano causa a la naturaleza.
