proceso
Para fabricar una marimba, lo primero que hace la familia Canastuj es proveerse de buena madera, por lo que Santiago Francisco encarga la mejor para construir cada pieza del instrumento. Para las teclas utilizan las especies granadillo, roctzul y hormigo, y para las baquetas, güitzitzil, ya que las cabezas son de hule o de leche de hule. El resto del instrumento lleva cedro, ciprés y palo blanco.
La madera que no consigue en Totonicapán, la adquiere en Petén, Cobán y la Costa Sur.
Como herramientas utilizan sierras y afinadores eléctricos, pero todo el proceso se efectúa a mano.
Toda la familia participa en la elaboración del encajonado, escalera, mueble central del instrumento, el entelamiento y el encerado de los cajones para la resonancia, pero la colocación del teclado y la afinación está a cargo de Santiago Francisco y de Eliseo.
Esta familia fabrica marimbas de varias clases y tamaños. La doble completa lleva 45 teclas; la pura, 40; la de orquesta, 38; la de concierto, 34; la sencilla, 30, la de requinto, 27, y la de minirequinto, 23.
Juana Feliza cuenta que han hecho instrumentos para varios grupos como las marimbas Unión Ideal, Voz de Zunil, Ruman-Chamalkán, Maya Excelsior y Valle de Almolonga.
Santiago explica que, para hacer cantar la madera, se requiere un proceso rústico que lleva mucho tiempo —hasta seis meses les toma hacer una marimba—, pero que al final les da gran satisfacción, al entregar un instrumento que servirá para llevar alegría a la población, además de que es símbolo de nuestra nacionalidad.