La Copa Delta será el galardón que se llevará a sus vitrinas el combinado que consiga imponerse en los 90 minutos o en la tanda de penaltis, pero más que eso está en juego tener un futbol más efectivo, y sobre todo demostrar su ofensiva con goles.
Sacarle provecho a los partidos es el objetivo que tiene cada seleccionado de la Azul y Blanco, que no tendrá otro examen antes del 13 de noviembre, cuando se reciba a Trinidad y Tobago, rumbo a Rusia 2018.
Última prueba
El técnico del combinado nacional, Iván Franco Sopegno, se enfocó ayer en tener un juego más rápido por las bandas, explotar a los volantes para que se desplacen con balón dominado y se entiendan con los delanteros.
Para el duelo frente a los salvadoreños, Sopegno saldrá con un equipo conservador y muy defensivo: cinco defensas y dos volantes de contención.
El volante del Seattle Sounders Marco Pablo Pappa, que el pasado domingo se unió a la concentración de la Sele, demostró que disputar un juego con la Bicolor representa mucha responsabilidad, pero asegura que en el campo dejará todo para ganar.
“Vamos a tener una eliminatoria muy complicada, lo principal es aprovechar este tipo de juegos amistosos, para acoplarnos a lo que quiere el técnico. Comenzar la clasificación en casa —contra Trinidad, rumbo a Rusia 2018— es un peso muy duro, que podremos solventar si nos aplicamos de buena manera”, confesó el volante.
La mentalidad del zurdo es que el grupo crea en sí mismo, ya que todos han demostrado que se pueden conseguir los objetivos.
“Buscamos que la confianza en el grupo sea grande, así afrontar buenos encuentros para obtener los mejores resultados, pero esto se consigue si dejamos el cien por ciento en la cancha”, añadió el legionario.
En la Copa Uncaf del 2014, Pappa le marcó un doblete al conjunto salvadoreño.
“Eso quedó atrás, El Salvador tiene un nuevo técnico, otros jugadores, será un partido diferente porque ambos vamos a querer ganar”, afirmó.
