El otro poder es el Judicial, el que aplica las leyes e impone la justicia y castigo a quienes cometen delitos, crímenes o corrupción. ¿Quién los elige a ellos?.
Existen leyes específicas que establecen los requisitos para elegir a los que tendrán que aplicar la ley, a los que tienen la calidad de ser quien dicta “la verdad absoluta”.
Recordemos que lo que resuelve un juez o magistrado, cumplidos todos los procesos, son decisiones con carácter de “cosa juzgada”; nadie tiene nada más que decir, nadie está sobre la Ley.
Aquí las preguntas que nos debemos hacer para nuestra actuación como ciudadanos.
¿Qué es más importante elegir: un juez, magistrado, contralor, procurador, un diputado o un presidente?
¿A quiénes tenemos que vigilar más? Pues como dije, el Congreso ya está electo.
La alta responsabilidad que nos queda con ellos es vigilar desde la sociedad; que hagan las reformas a las leyes que permitirán que tengamos mejores procesos de elección y actuación de diputados y presidentes.
Las leyes que fortalecerán una mejor elección en las Cortes, la aplicación de la justicia y a la vez la elección y selección de los empleados públicos que ayudan al presidente a cumplir su tarea… Vamos al tercer poder.
El ejecutivo dirigido por el Presidente
¿Cómo seleccionamos al presidente, entonces?
El presidente es el que con sus ministros y funcionarios, haciendo uso de los recursos que le aporta la población a través del pago de impuestos, ejecuta, convierte en cosas reales las tareas que llevarán desarrollo y bienestar a todos, sin discriminación de ninguna naturaleza.
Le corresponde proveer de salud, seguridad, educación, y de los medios y condiciones de competitividad al país para que la actividad económica prospere.
Desde el lado de crear condiciones para el empleo, su deber es facilitar y no entorpecer el surgimiento de empresas de todo tipo, desde el vendedor de hot dogs, la fábrica grande o pequeña, el turismo, la agricultura, la inversión y la exportación, porque si la población no tiene fuente de ingresos y las empresas crecimiento, el presidente no tendrá recursos para atender las necesidades de la población.
Observe quién es el candidato(a) que tiene claro lo anterior. Hay que recordar que el presidente no es una enciclopedia, es el líder que tiene que seleccionar a un equipo de buenos “gerentes”, ministros y funcionarios que tengan los conocimientos y capacidades y experiencia en ejecutar, no en hablar y escribir, en hacer que las cosas pasen haciendo el uso más eficiente de los recursos, con honestidad y sin corrupción.
En Guatemala existe tanto talento, gente muy preparada que en un marco de honestidad estarían dispuestas a colaborar. Candidatos, encuéntrelos, están por todos lados, ofrézcanles honestidad y verán cómo se comprometen con su país… Eso les sumará muchos puntos.