“La fórmula que estamos aplicando para la crisis transitoria es la suma de tres elementos básicos: mayor inversión pública para el desarrollo social, empleo pleno, y honestidad y austeridad republicana”, dijo el mandatario en un mensaje a la nación.

“Nada nos hará regresar al pasado”, subrayó AMLO, el acrónimo con el que se le conoce, al rechazar la aplicación de políticas fiscales contracíclicas, consistentes en grandes inyecciones de capital, como las aprobadas recientemente en Estados Unidos y otros países para afrontar el golpe económico de la pandemia.

“El plan de recuperación económica que estamos aplicando no se ajusta al modelo neoliberal (…) ya rompimos el molde que se usaba para aplicar las llamadas políticas contracíclicas que solo propiciaban la desigualdad y la corrupción”, agregó López Obrador.

El líder izquierdista advirtió que su política de austeridad se aplicará “con más rigor” para hacer frente a la crisis que, insistió, será temporal.

Tales medidas incluyen la reducción de su sueldo y el de todos sus secretarios de Estado, la eliminación de aguinaldos de los altos funcionarios públicos, así como la disminución de gastos operativos y de publicidad gubernamental.

Dijo además que su gobierno no aumentará la deuda pública para fondear las medidas de emergencia.

“Para financiar el plan, sin aumentar impuestos, se recurrirá a utilizar los ahorros del Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios y de los recursos que se mantenían guardados en fideicomisos”, agregó.

López Obrador adelantó además que la próxima semana dará a conocer un programa de inversión en el sector energético por unos 13.500 millones de dólares; mientras que la endeudada petrolera estatal Pemex obtendrá recursos extra por unos 2.588 millones de dólares “porque se le reducirá la carga fiscal”.

El presidente sostuvo que se mantendrán firmes los tres proyectos emblemáticos de su gobierno: la construcción del Aeropuerto de Santa Lucía en la capital mexicana, la nueva refinería Dos Bocas y un tren de pasajeros conocido como el Tren Maya, ambos en el sureste del país.

Analistas y opositores cuestionan la rentabilidad de tales proyectos así como la pertinencia de mantenerlos en curso cuando se espera un frenazo económico.

Resulta más urgente, según argumentan, aumentar la inversión en salud para atender la emergencia sanitaria

La economía mexicana, la segunda mayor de Latinoamérica, se contraería alrededor de 4% este año, según estimaciones del propio gobierno y el consenso de analistas, debido al impacto de la pandemia de la COVID-19.

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