Economía

Salida silenciosa

Como en las épocas del circo romano, el pueblo pide sangre y solo basta escuchar los programas en algunas radios para escuchar esa voz gritando castiguen a las empresas, pónganles obstáculos, háganles la vida imposible, desespérenlas hasta que desaparezcan.

Y no estoy hablando solo de esos programas que sirven para que el odio se multiplique a otros oídos, sino también de grupos, oficinas, centros de estudio y porque no decirlo, también mandos medios de entidades públicas, que también albergan esos sentimientos por ideología o porque nunca tuvieron el valor de apostar sus ahorros en un emprendimiento y mojarse los pies sacando adelante una actividad económica y sufriendo porque se llegó el día de tener que pagar la planilla cuando el negocio no dio los ingresos necesarios, y tienen que cumplir con la inexorable responsabilidad de pagar salarios.

Probablemente estas personas ni siquiera se ponen a pensar que su vida y la de sus familiares dependen de un negocio que emprendieron o de un empleo en algún almacén, fábrica, oficina, construcción, medio de transporte, restaurante o una gran empresa.

Otras dependen de salarios que son pagados con los impuestos que pagamos los que tienen ingresos por los empleos antes mencionados.

La consigna es que si usted emprende un negocio, no se le vaya a ocurrir crecer y tener muchos empleados porque se convertirá en un empresario y por lo tanto pasara a ser malo por haber tenido éxito.

Vuelvo a reiterar que si alguien incumplió con la ley deliberadamente o porque los corruptos las extorsionaron, tendrá que pagar su culpa, pero no por ello, todos los demás merecen la hoguera.

Pues quiero informarles que tanto va el cántaro al agua que al fin se rompe. Sí, tenemos varias empresas saliendo del país, muchas inversiones nacionales ubicándose en otros países en una romería silenciosa pues ni siquiera quieren que se sepa que se van.

Simplemente despiden a sus trabajadores cumpliendo con todas las obligaciones laborales que manda la ley, y cierran sus puertas.

Algunas trasladan su maquinaria y equipo y otras la están dejando tirada para ver si algún día otro loco empresario la compra y decide correr suerte en un país donde ser empresario pequeño o grande, es rechazado.

Porque no confesarlo, mi enojo en este artículo es porque hace 3 días tuve una reunión virtual con 17 países de América, incluyendo USA y España donde compasivamente mis colegas de promoción de exportaciones e inversiones me decían: “¿Estamos atendiendo a tus empresas porque planean moverse con nosotros… que les hicieron en Guatemala?”.

Y con toda franqueza, mi colega de Republica Dominicana me decía…yo me quise adelantar y de inmediato me fui a Guatemala y logre reunir en un hotel de la zona 10, a 132 empresas para motivarlas a venirse con nosotros, donde les pondremos la alfombra roja porque aquí, si necesitamos los empleos y con un solo empleo que logremos, ya sacamos una familia adelante (algunos de los lectores habrán leído esa noticia que fue cubierta por varios medios locales).

Finalmente quiero aprovechar todo el contexto anterior, para dejar dos peticiones concretas: Al congreso, arreglen ese artículo que le cortó la cabeza a muchas actividades productivas en las Zonas Francas y paren el éxodo de empresas y al Ejecutivo, saquen el reglamento a la ley 19-2016 que debió haberse publicado hace 2 meses.

Den un poco de certeza, porque cuando el número de desempleados aumente, será demasiado tarde.

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