La lentitud de estos programas contrasta con el vertiginoso avance de la enfermedad, de la cual hasta este 19 de junio se contabilizaban casi 12 mil casos y 142 fallecidos.
Por ejemplo, el Programa de Dotación Alimentaria, que está a cargo de los ministerios de Agricultura y Desarrollo social que ayudará a 3.8 millones de hogares no ha ejecutado un centavo de los Q700 millones que tiene asignado. De igual forma el subsidio a la energía eléctrica, para lo cual se destinaron Q630 millones, tiene cero avances.
El Programa del Adulto Mayor, para el cual se asignaron Q50 millones adicionales tiene una ejecución de 2.1%; el de Bono Familia, el de mayor asignación presupuestaria ya que cuenta con Q6 mil millones, apenas llega 12%, mientras que el de Protección al Empleo tiene un avance presupuestario del 6.3% de Q2 mil millones de recursos asignados.
Los que tienen mayor avance en su ejecución son, el Fondo de Crédito para Capital de Trabajo, 48.7%, así como el de Apoyo al Comercio Popular, 35.5%, y el de Alimentación Escolar, 72%, aunque cabe destacar que estos ya existían, por lo tanto, ya había una estructura implementada para echarlos a andar.
Críticas
El Icefi también señaló, como lo han hecho diversos sectores sociales y políticos, una escasa ejecución presupuestaria de los Q1 mil 675 millones que se asignaron al Ministerio de Salud por la emergencia, que llega solo a 2.5%, dentro de estos se incluye el programa Bono de Riesgo para el personal de Salud, el cual resultó imposible rastrearlo en el Sistema de Contabilidad Integrada del Estado (Sicoin).
Tampoco fue posible verificar el avance de la entrega de cajas de alimentos a familias vulnerables puesto que no aparece registrada ninguna partida presupuestaria por haber sido ejecutado con donaciones.
El retraso de los programas se veía venir después de que el registro de los recursos en el Sicoin se tardó mucho, a pesar de que fueron aprobados por el Congreso el 25 de marzo y el 3 y el 5 de abril. Esta última ampliación presupuestaria se cargó al sistema hasta el 28 de mayo pasado.
Informe de Icefi
Este factor, a criterio del Icefi, se combina con una escasa capacidad para los ministerios encargados de ejecutar.
“Me temo que en algunas entidades ha habido problemas en la capacidad de ejecución. El aparato estatal en muchos casos está demostrando no haber estado preparado y con las capacidades que requiere la ejecución de los programas”, manifestó Ricardo Barrientos, economista del Icefi y quien estuvo a cargo de la presentación del informe.
Falta de transparencia
El Icefi también criticó los “problemas de transparencia fiscal” que saltan a la vista cuando se intentan fiscalizar los 10 programas, puesto que el Gobierno no creo una estructura presupuestaria nueva y en casi todos se utilizó el renglón 94, atención por desastres naturales y calamidades públicas que ya existía antes de la pandemia.
Barrientos señaló que la información presupuestaria está registrada en el Sicoink pero se localiza con mucha dificultad, ya que algunos están en renglones y ministerios a los cuales no corresponden o bien con nombres distintos a como el Gobierno los ha publicitado.
“Es un laberinto, es una ruta muy complicada y los estándares de transparencia fiscal dicen que no basta con que la información esté ahí, sino que tiene que ser explicada, fácil de encontrar y de entender para el ciudadano”, aseveró el economista de Icefi.
El Ministerio de Finanzas promovió ampliaciones presupuestarias por más de Q19 mil millones. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca)
Recortes a programas
Otra situación que señaló el Instituto y que considera preocupante son los recortes a varios programas que se hicieron al Ministerio de Salud ya que, a la fecha, a pesar de la ampliación de Q1 mil 675 millones, no se han devuelto a sus renglones.
Estos programas son, el de Recuperación de la salud, Q361.9 millones; Prevención de la mortalidad y de la desnutrición crónica, Q130 millones; Prevención y control de infecciones de transmisión sexual VIH/SIDA, Q57.2 millones; Prevención de la mortalidad materna y neonatal, Q28.3 millones; y prevención y control de la tuberculosis, Q1.5 millones.
A criterio de Barrientos es “prioridad y urgencia” revertir estos recortes, y en el caso del efectuado al programa de prevención de la desnutrición crónica cree que esto “desmiente” lo que ha manifestado el presidente Alejandro Giammattei de que combatir este problema será prioridad en su gobierno.
Entre otras recomendaciones, el Icefi considera que se debe rediseñar el tablero de control del Estado de Calamidad, disponible en el portal del Ministerio de Finanzas para hacerlo más amigable, e identificar cada programa en el renglón presupuestario como los han nombrado el Gobierno.
Además, recomiendan crear una estructura presupuestaria específica para los 10 programas, ya que es imposible auditar el Bono de riesgo para los trabajadores de Salud, por ejemplo.
Para paliar la crisis económica causada por el nuevo coronavirus, el Congreso aprobó siete préstamos por US$1 mil 253 millones a ejecutarse en varios años.
Asimismo, aprobó tres ampliaciones presupuestarias por Q19 mil millones 806 mil, lo cual elevó el presupuesto del 2020 a un histórico Q107 mil millones.
Programas avanzan
El ministro de Finanzas, Álvaro González Ricci, aseguró que toda la información de los programas es de fácil acceso a través del Sicoin y que todo se encuentra en el programa 94.
Mientras que, respecto a los atrasos para ejecutarlos, aseveró que estos comenzaron a implementarse a mediados de mayo. Por ejemplo, en el Bono Familia ya tienen a más de dos millones registrados “y eso incrementará”. Mientras que los programas de entrega de alimentos el Programa Mundial de Alimentos ya se hace cargo.
El funcionario reconoció que el Fondo de Protección al Empleo “ha tenido algunos problemas, pero ya está funcionado”, y ha se entregaron casi Q400 millones.
