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Así funcionará el tablero de alertas covid-19

San José la Máquina, en Suchitepéquez, figura en la lista de los municipios donde no hay contagios y así se ha mantenido desde el pasado 24 de julio. Las medidas que a nivel local se han puesto para evitar la propagación del covid-19 han contribuido a lograrlo, según el alcalde Alberto Martínez.

Además de las disposiciones presidencial, hay garitas de control al ingreso del municipio y presencia de policías municipales, ahí se verifica que las personas que ingresan sean de la localidad, y a los visitantes se les pide una constancia de que no tienen coronavirus, y se pone mayor atención a quienes provienen de poblaciones que están en rojo en el semáforo. Se mantiene la toma de temperatura y se rocían los vehículos con desinfectante.

El control en los mercados y en el trasporte interno es constante. “La población ha respetado las medidas”, dice el alcalde. Se vigila el uso de mascarillas y el distanciamiento social.

Lo que ha funcionado en Juan Ixcoy, Huehuetenango, aparte del control en el ingreso al municipio, es la organización a nivel local. Acá desde que se implementó el semáforo epidemiológico no se reportan casos positivos.

El alcalde Andrés Rafael López menciona que cada semana se reúnen con los líderes comunitarios y con los representantes de las iglesias para coordinar las acciones y que sea a través de estos grupos que llegue a la población el mensaje de las medidas de protección que deben seguir.  “Quienes no las cumplan serán sancionados”, indica.

Para lograr una vigilancia total del municipio, este se dividió en microrregiones, y en cada una los representantes de los Consejos Comunitarios de Desarrollo (Cocodes), los alcaldes comunitarios y el personal del Ministerio de Salud deben velar porque los habitantes cumplan con las disposiciones.

Se estableció, además, días específicos de mercado para cada microrregión, con el fin de evitar aglomeraciones y con ello prevenir el contagio del covid-19. A los vendedores que llegan de otros municipios se les pide una constancia médica de que no están infectados.

Santa Lucía Utatlán, en Sololá, tampoco reporta casos en el tablero. “El pueblo está en amarillo porque la población ha colaborado con mantener las medidas sanitarias”, reconoce el alcalde Macario Encarnación Joj Yac.

En el municipio también se implementó la vigilancia en los seis ingresos, se aplica gel y se toma la temperatura, y se permite el ingreso a quienes no son del lugar siempre que su visita esté justificada.

Se ha regulado el transporte y los taxistas y tuctuqueros solo circula el 25% de las unidades. Los días de mercado se ampliaron para evitar las aglomeraciones, y ahora cada comunidad y cantón tiene su propio mercado.

Al otro lado del tablero

Mientras que algunos municipios han logrado controlar la propagación del covid-19 dentro de su jurisdicción, en el otro extremo del tablero hay 25 que cuya situación empeoró. En cuestión de 15 días estos pasaron de la alerta amarilla a la roja.

San Miguel Uspantán, en Quiché, está en la lista, y las autoridades locales reconocen que la situación se salió de control y que pasa por el desorden entre la población y que no se acatan las medidas de prevención. El tablero le da la razón al decir que en dos semanas se detectaron 17 casos positivos, pero acumulados suman 47.

Actualmente hay seis personas con covid-19 hospitalizadas, en estado delicado, y otras siete aisladas en sus casas. “Estos 13 casos, por la población que tenemos nos pasa a números rojos”, menciona el alcalde Víctor Figueroa. Además, atribuye los contagios a que personas de otros departamentos han ingresado al municipio para trabajar en el cambio de asfalto de la carretera.

Las medidas las han mantenido como lo establece el sistema de alertas, pero “lamentablemente se nos ha ido de control por la misma población”, dice el jefe edil.

Las personas enfermas temen ir al hospital o centros de salud para que les realicen la prueba del covid-19, y tratan de curarse en casa y buscar atención en las farmacias, lo que hace difícil ubicar los contagios y aislarlos. Por ahora hay unos 90 pobladores en cuarentena, Figueroa indica que deberían de ser más.

Parte del problema es que la gente se rehúsa a que se le practique el hisopado para confirmar si son positivos. Tampoco acatan las disposiciones de distanciamiento social.

Dos semanas atrás, un hombre dio positivo de covid-19 y fue ingresado al hospital, tres días después, los familiares llegaron y lo sacaron por la fuerza. Lo trasladaron a su casa y allí falleció. Ninguna persona del núcleo familiar dejó que se les hiciera la prueba.

Otro caso es el de una persona que murió en el hospital, la instrucción de las autoridades de Salud era enterrarlo inmediatamente. La familia tomó la decisión de velarlo en su hogar, sacaron el cadáver de las bolsas que lo protegían dentro del ataúd, y lo velaron durante la noche sin respetar las medidas de seguridad.

En el municipio han muerto cuatro personas en el hospital a consecuencia del virus, informa el alcalde.

“Los casos ya aumentaron considerablemente, porque la gente no atiende las recomendaciones que les hemos hecho”, agrega Figueroa.

Al igual que San Miguel Uspantán, el municipio de San Antonio Huista, en Huehuetenango pasó de amarillo a rojo, pero acá el desorden pasa por la consignación del domicilio de los contagiados. El alcalde Lindin Morales asegura que en este momento no tienen casos de covid-19.

Pero en el tablero que fue actualizado el fin de semana reporta que tiene 14 casos positivos, cuando dos semanas atrás estaban a cero. Él lo atribuye a que cuando las personas se hacen la prueba dicen que son originarias del municipio, pero eso no significa que residan en el lugar. Actualmente dice que solo hay cuatro personas infectadas.

Según Morales han seguido las medias sanitarias, han distribuido mascarillas y kit de limpieza entre los pobladores y siguen las disposiciones presidenciales, además, mantienen el control de personas al ingreso del municipio. Establecieron mercados cantonales para evitar la aglomeración de gente y mantienen el toque de queda.

Ahora que aparecen en rojo en el tablero están acatando las medidas que se mencionan para este nivel, pero los pobladores no están conformes. Esta situación puede crear un conflicto social, según el alcalde, y espera que en la próxima actualización de datos aparezcan nuevamente en amarillo.

Responsabilidad compartida

En las últimas semanas los contagios de covid-19 se han trasladado a los departamentos, el tablero refleja el desplazamiento de virus a las comunidades. De acuerdo con el epidemiólogo José Carlos Monzón Fuentes, director del Instituto de Investigaciones en Ciencias de la Salud de la Universidad Rafal Landívar, el control local es lo que se requiere en ese momento de la pandemia.

“Es importante que cada alcalde procure que su población practique las medidas de prevención a manera que no se salga de las manos la situación en el municipio. La epidemia va a responder a las medidas de prevención que cada persona practique” en todo momento, agrega.

Monzón Fuentes recalca que la salud es responsabilidad de cada individuo. “El gobierno va a ser lo que puede, pero recordemos que esta epidemia es una crisis de salud sin precedentes, por lo que se necesita que todos los sectores, y cada persona contribuya a que esta epidemia se pueda controlar”.

Cómo funcionan las alertas

Cada 14 días el Ministerio de Salud analiza la situación epidemiológica de cada localidad para determinar su color en el semáforo, de acuerdo con tasa de casos positivos por cada 100 mil habitantes de cada municipio, la tasa de pruebas diarias realizadas por cada mil habitantes y el porcentaje de positividad del total de tamizados.

Para ubicar a un municipio en amarillo, los casos positivos locales de covid-19 deben estar entre 14 y 24 por cada 100 mil habitantes, o bien los resultados positivos de las pruebas hechas encontrarse entre el 5% y 14% de positividad.

El otro extremo del semáforo es el rojo, y se marca cuando los casos son más de 55 por cada 100 mil habitantes o los resultados positivos de las pruebas superan el 20%.

De acuerdo con esos parámetros, actualmente en el país hay 49 municipios en amarillo, 85 en anaranjado y 206 en rojo.