Comunitario

Piden proteger más a niñas

ONU considera los embarazos tempranos como el síndrome del fracaso.

Las niñas y adolescentes guatemaltecas enfrentan dificultades que limitan su desarrollo y potencial, que incide en el desarrollo del país, por lo que el Fondo de Población de las Naciones Unidad (Unfpa), hace un llamado al Estado a invertir más en las menores.

Verónica Simán, representante de dicha entidad, señaló ayer, durante una actividad del Día Mundial de la Población, que en el país existen 1.9 millones de adolescentes, entre 10 y 19 años, y es necesario invertir en esa población.

“En Guatemala, las niñas y adolescentes enfrentan grandes desafíos. Podemos mencionar discriminación, matrimonios y uniones forzadas a temprana edad, embarazos y maternidad durante la niñez y adolescencia, como la principal causa de muerte entre jóvenes de 15 a 19 años, deserción escolar, trata de personas, desapariciones y femicidios, entre otros”, indicó.

Agregó que han identificado inversiones que se consideran clave para transformar la vida de niñas y adolescentes para generar o aprovechar oportunidades de desarrollo como salud, educación y respeto a su derechos.

Simán refirió que tienen evidencia contundente sobre la barreras para el ejercicio de derechos de las mujeres en Latinoamérica.

“América Latina y el Caribe es la región más desigual del planeta y dos de los principales obstáculos que como región enfrentamos para alcanzar una plena igualdad de género son la participación política, que todavía es insuficiente, y el padecimiento de violencia contra las mujeres, la violencia sexual a la que son víctimas las niñas y adolescentes”, expresó.

Resaltó que el 65 por ciento de los peritajes por delito sexual del Instituto Nacional de Ciencias Forenses son de menores de 19 años.

Claudia Max, mentora del programa Abriendo Oportunidades, de Population Council, refirió que “es triste ver la realidad de las niñas en el país” al no tener acceso a educación, que no se respetan sus derechos y que se les obliga a matrimonios forzados.

En dicho programa trabajan con grupos de niñas, de entre ocho y 13 años, y de 14 a 18, en 19 comunidades de Chisec, Alta Verapaz. Max indicó que luego de dos años de intervención han alcanzado la participación de 500 niñas, lo que les permite conocer sus derechos y alcanzar a más pequeñas.

“Hemos visto que es importante tomar acciones con las niñas; la movilidad es importante, debido a que les permite llegar a las escuelas, ya que se hacen menos tiempo en la distancia, pues en Chisec las distancias son de una hora o una hora y media para llegar a un instituto de educación básica”, expresó Max, al referirse al programa que impulsan de bicicletas para niñas.

La ginecóloga Linda Valencia señaló que las repercusiones de los embarazos en menores de edad son graves, ya que no solo comprometen la salud, el desarrollo académico y económico de la madre sino de sus hijos.

“América Latina y el Caribe es la única región en el mundo en donde han aumentado el número de partos en niñas menores de 15 años”, aseveró.

El Fondo de la Población afirma que el embarazo en adolescentes ha sido llamado el síndrome del fracaso o la puerta de entrada al ciclo de la pobreza, pues perpetua el círculo vicioso de pobreza y de falta de oportunidades para la niñas y adolescentes.

La Secretaría Contra la Violencia Sexual, Explotación y Trata de Personas registra 457 niñas, menores de 14 años, embarazadas, entre el 1 de enero y el 31 de mayo de este año.

Acciones urgentes

Acciones para transformar la vida de niñas y adolescentes, según Unfpa.

  • Educación de calidad que les permita alcanzar el nivel más alto de conocimiento, así como una buena salud, incluida la sexual y reproductiva.
  • Bienestar, es decir invertir en capacidad humana para el desarrollo sostenible y convertirlas en ciudadanas saludables, productivas y capacitadas para participar en igualdad de condiciones en el hogar, la comunidad y la nación.
  • Expandir el rango de oportunidades a las que tienen acceso, para quebrar la pobreza multigeneracional y que contribuyan al bono demográfico —integrar la población económicamente activa—.
  • Invertir en la defensa de sus derechos, priorizar igualdad de género y empoderamiento de niñas y adolescentes, y diseñar políticas públicas efectivas que maximicen su potencial.

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