La alegoría de las andas de Jesús Nazareno de Candelaria se fundamenta en el año de la misericordia, convocado por su Santidad el papa Francisco, invocando su piedad a través del encuentro con el padre.

El mensaje se centra en la oración más hermosa de todas, la que Jesús nos enseño: “El padre Nuestro”, cuyas siete peticiones se aprecian en sendos medallones que flanquean las grandes plataformas de mármol gris que se extiende a lo largo de todo el conjunto.

Al centro de las andas destaca la consagrada imagen de Jesús de Candelaria, en un solo catafalco de estilo barroco sobredorado, estrenando una túnica azul, bordada en hilos de plata y llevando en sus hombros su tradicional cruz, símbolo del martirio de Nuestro Señor con el que nos redimió de nuestros pecados y los del mundo entero.

Al frente abre un letrero portado por ángeles con el lema “Perdónanos como nosotros perdonamos”. En la misma parte frontal se observa a la mujer pecadora del Santo Evangelio quien es cuestionada por un grupo al que Jesús le responde ¿Dónde están los que te acusan? concluyendo con la frase “vete y no peques más”. Ella representa de manera didáctica la misericordia del padre, obrada a través de Nuestro Señor Jesucristo.

Virgen María

En el anda de la Santísima Virgen se encuentra la súplica que como hijos de ella le dirigimos en la que se recuerda que la oración es fundamental en la vida del cristiano. María Santísima es modelo de oración. Ella enseña a pedir y orar por las necesidades de los demás.

En el rezo del Ave María, se dice: “Ruega por nosotros pecadores”. Así como nosotros debemos pedir, rogar por las necesidades de los demás. A la madre de Jesús se le pide que clame por los demás y por los pecados.

Por eso, alrededor del anda de la Virgen, se encuentran los siete pecados capitales. A ella se le pide que ruegue a su hijo por nuestros pecados. Por todo lo que nos parte del camino del bien.

Con información de www.candelaria.org