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Se abren más fases de vacunación, pero vacunas son insuficientes

A partir de ayer, se abrió el registro para vacunación contra el covid para personas mayores de 40 años.

En Guatemala dada la baja cantidad de vacunas los jóvenes aún no se pueden inocular. (Foto Prensa Libre: EFE)

En Guatemala dada la baja cantidad de vacunas los jóvenes aún no se pueden inocular. (Foto Prensa Libre: EFE)

De nuevo, el Ministerio de Salud abrió una nueva fase de vacunación: a partir de los 40 años. El problema podría encontrarse en la incertidumbre sobre la provisión de vacunas y los grupos de mayor riesgo de covid-19 que se quedan relegados.

Según el Plan Nacional de Vacunación, son cuatro fases ordenadas de acuerdo con el nivel de riesgo de las personas al virus del covid-19. De esa cuenta, se inició la vacunación de personal sanitario en primera línea y se fue ampliando a adultos mayores y personas con enfermedades crónicas.

La tercera y cuarta fase incluía a servidores públicos y personas entre 18 y 49 años, respectivamente.

La medida de Salud de abrir la fase 4 sin completar ni la fase 2 y saltándose la fase 3 podría ser no tener un impacto positivo en el control de la pandemia, si se toma en cuenta que por ahora no hay vacunas suficientes y la posibilidad de más dosis es incierta.

Las cifras oficiales señalan que el 66% de la población incluida en la segunda fase, de personas entre 50 y 70 años y con comorbilidades no se había registrado hasta esta semana para recibir alguna dosis contra el covid.

Hasta ayer, Salud había recibido dos millones 929 mil 800 dosis, tanto de AstraZeneca, Moderna y Sputnik V, de las que solo había utilizado un millón 92 mil 916 dosis.

Vacunas limitadas

Que el Ministerio de Salud haya abierto otra fase sin que se haya completado el registro de la anterior es muestra de que la cartera perdió el control del plan de vacunación, lo que es evidente desde abril, cuando después de la Semana Santa se vacunó a personas que no estaban incluidas en las fases abiertas en ese momento, refiere la Defensoría de la Salud de la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH).

Según la PDH, el que el Ministerio de Salud haya delegado en el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social la vacunación de los maestros le da la posibilidad de avanzar en las fases, aunque el reto mayor será el abastecimiento sostenido de dosis, porque de nada sirve que los 16 millones de guatemaltecos estén inscritos si no hay con qué inyectarlos.
Vacunas, el desafío

Bernardo Eliú Mazariegos, director del Sistema Integral de Atención (SIAS) del Ministerio de Salud, dijo esta semana, antes de abrir la nueva fase de vacunación, que la cantidad de vacunas es limitada, por lo que no era factible inocular a menores de 40 años. Para abrir esa fase se necesitarían al menos 4 millones de vacunas.

Para Adrián Chávez, ex viceministro de Salud, tener más disponibilidad de vacunas es el primer desafío del Ministerio y debe promoverse a partir de ahí el registro de toda la población, sobre todo las áreas rurales, donde hasta ahora la vacunación ha sido escasa por el limitado acceso a tecnología, lo que se ha convertido en una barrera al momento de convocar a los adultos mayores a los centros de vacunación, además de la poca difusión y campañas con pertinencia cultural dirigidas a la población indígena, que son la mayoría en el país.

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“Aunque existen algunos estudios que afirman que la vacuna sí reduce en algún porcentaje la transmisión del virus, no hay que perder de vista que el primer objetivo de las vacunas actuales es evitar muertes y hospitalizaciones por covid-19, por lo que no se puede dejar de vacunar a las personas mayores y priorizar la vacunación de los jóvenes”, comenta Chávez.

Otro exviceministro de Salud, Julio Valdés, opinó que la estructura del Plan Nacional de Vacunación y su población priorizada tenía una razón de ser: la población mayor a 50 años es más vulnerables al virus y tienen más probabilidades de sufrir una enfermedad grave o la muerte.

Por otro lado, también es necesaria la vacunación de población más joven, porque es la económicamente activa y son los que más expuestos están al virus. Sin embargo, no se pueden abrir todas las fases, porque no hay vacunas que alcancen para todos.

Antes de inocular a jóvenes, explica Valdés, se debe agotar con la población mayor incluida en las fases previas. Para esto, el Ministerio de Salud debe aplicar una estrategia de comunicación que incluya radios comunitarias y se debe aprovechar los sistemas de organización comunitarios y sus liderazgos locales. Además, se debe fortalecer con insumos y recurso humanos a la cartera para que haya capacidad de vacunar a más población.

Abrir todas las fases

Otros profesionales de la salud no descartan que dejar abiertas la vacunación para todos los adultos podría ser una solución, aunque el éxito de esa medida dependa de la cantidad de vacunas que el país pueda obtener.

La semana pasada, diputados de la Comisión de Previsión y Seguridad Social pidieron a autoridades de Salud liberar los rangos de edad para que todos puedan recibir la vacuna, incluyendo la población menor a 40 años.

Parte de los argumentos era cómo las nuevas cepas afectan principalmente a la población joven. El tablero de covid-19 evidencia que el grupo etario de 20 a 29 años concentra el 25% de contagios desde el inicio de la pandemia, mismo porcentaje que reporta el de 30 a 39 años.

Erwin Calgua, coordinador del Centro de Investigaciones Biomédicas de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de San Carlos, que explica que la estrategia de priorizar a población joven ya se aplicó en otros países, ya que son las personas que transmiten más el virus.

“La propuesta vale la pena ponerla sobre mesa y considerarla bien. Este grupo de personas menores a 40 años es el que más se expone y al que más le cuesta seguir medidas de seguridad”, explica el profesional de la salud.

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