“La reacción inicial de los republicanos va a ser muy desagradable e insuficientemente razonada, por desgracia” , dijo Alfonso Aguilar, ex director de la Oficina de Ciudadanía de Estados Unidos en el gobierno del presidente George W. Bush y director general de la Asociación Latina en pro de Principios Conservadores.
Aguilar señaló que los legisladores republicanos deben ofrecer una alternativa plausible al plan del presidente, haciendo eco de las exhortaciones de algunos candidatos potenciales de su partido en 2016 de acercarse a los votantes hispanos de alguna manera.
“El sólo decir revoquemos esto’, o no lo financiemos’, si esa es la única reacción, eso va a contrariar a los hispanos” , agregó Aguilar.
Pero asistentes de republicanos de la Cámara baja señalaron que el presidente de ésta, John Boehner, y otros legisladores no tienen una forma efectiva de suavizar comentarios de miembros que se oponen estridentemente a leyes de inmigración más permisivas. De hecho, muchos de esos miembros se enorgullecen de desafiar a líderes del partido.
Boehner mismo comparó las declaraciones del mandatario con jugar con fuego. “Se va a quemar a sí mismo si continúa en ese camino” , afirmó Boehner el jueves, un día después de que el líder republicano en el Senado, Mitch McConnell, advirtió al presidente que no actuara sin la aprobación del Congreso. Tal acción, dijo McConnell, “envenena el pozo” para potenciales esfuerzos bipartidistas.
Un Congreso controlado por el Partido Republicano a partir de enero “se defenderá a sí mismo y a nuestros ciudadanos de estas acciones anárquicas” , dijo el senador republicano Jeff Sessions de Alabama, al tiempo que añadió: “Los estadounidenses no desean que sus fronteras sean borradas” .
A Aguilar y a otros les preocupa que instigadores conservadores vayan aún más lejos en su retórica, tal vez al exigir un juicio político a Obama o deportaciones en masa, lo cual crearía un área de oportunidad política para los demócratas no mucho después del triunfo republicano en las urnas y dejaría expuesta una división dentro del Partido Republicano justo en momentos en que asume el control de ambas cámaras.
“Los republicanos tienen un don para dispararse en el pie“, dijo Carlos Gutiérrez, quien fungió como secretario de Comercio en el gobierno de Bush y encabezó el esfuerzo fallido de ese presidente para implementar cambios amplios en las leyes de inmigración en el 2007. “Los republicanos pueden excederse en su reacción y dar la impresión de que más bien no están en contra del concepto de la acción ejecutiva, sino que están en contra de los inmigrantes. Y eso sería un gran problema” .
Algunos posibles contendientes presidenciales republicanos, incluido el senador Rand Paul de Kentucky, han indicado que desean actuar el año próximo para lograr una reforma al sistema que regula la inmigración en el país. Otros fuera de Washington, incluidos los gobernadores Chris Christie de Nueva Jersey y Rick Perry de Texas, han tomado medidas atractivas para los hispanos, entre ellas la aprobación de leyes que permiten que algunos hijos de inmigrantes que se encuentran sin permiso en el país puedan pagar tarifas más bajas, reservadas para los habitantes del estado, en universidades públicas.
Y no todos los republicanos están de acuerdo en que una oposición agresiva contra una acción ejecutiva presidencial derivará en un desastre en los comicios. El consultor republicano Mike McKenna, que realiza sondeos y grupos focales para estudiar opiniones del público en varios estados, dijo que, a menos que el esfuerzo del presidente sea modesto, “va a hundir al partido (demócrata) en el2016” .
Enorme presión
Obama enfrenta una enorme presión para actuar por parte de los latinos, una parte importante de la base de apoyo de los demócratas. Los activistas por los derechos de los inmigrantes, líderes sindicales y otros exhortaron al mandatario el jueves a que actúe con audacia, y desafiaron a los republicanos a que intenten obstaculizarlo.
“Si (los republicanos) intentan atacarlo” , dijo Richard Trumka, director de la central sindical AFL-CIO, los demócratas dirán: “Miren, los que están a cargo son incapaces de manejar sus responsabilidades, y deberían estar bajo escrutinio” .
Los activistas dicen que la Casa Blanca sopesa acciones a tomar que serían aplicables a las personas que hayan cumplido con cierto período de residencia en Estados Unidos, tal vez 10 años. También se está analizando si se incluye a padres de los que recibieron suspensiones de deportación bajo una orden de Obama, o sólo a los padres de hijos que son ciudadanos estadounidenses porque nacieron aquí.
Los votantes hispanos formaron una parte importante del respaldo que recibió Obama en sus campañas presidenciales, y son considerados un bloque electoral crucial en los años por venir. Una “autopsia” efectuada por el Partido Republicano sobre su desempeño en las elecciones de 2012 sólo hizo una recomendación de políticas: el partido debería aceptar una “reforma amplia a las leyes de inmigración” .
Esa frase suele significar reforzar la seguridad fronteriza y también atender el estatus de los aproximadamente 11 millones de inmigrantes que viven en el país sin autorización.
Pero muchos republicanos en la Cámara de Representantes, y algunos senadores, les deben su escaño en gran medida a votantes que se oponen terminantemente a cualquier forma de legalización.