Gutiérrez comentó que la investigación se hizo en dos vías, una de las cuales consistió en la toma de una muestra aleatoria de mil ciudadanos inscritos en el padrón electoral, cuyos datos fueron contrastados en sus domicilios.

La segunda muestra se obtuvo en la calle, con entrevistas a mil ciudadanos aptos para votar, de los cuales 455 tenían domicilios con información incorrecta y 262 de ellos ni siquiera estaban inscritos en la base del datos del Tribunal Supremo Electoral (TSE).

“Parte de las inconsistencias se debe a que existen ciudadanos con problemas en sus partidas de nacimiento, y eso lo viene acarreando el Registro Nacional de las Personas (Renap), debido al conflicto armado”, dijo María Eugenia Villagrán, presidenta del TSE.

Datos no se han corrompido

De los aproximadamente seis millones de ciudadanos inscritos en el padrón, 36 mil 451 ya tienen documento personal de identificación (DPI), cuando la OEA realizó la auditoría; de estos, nueve mil 653 tienen datos actualizados.

“No hay contaminación del DPI al padrón electoral”, aseguró Gutiérrez, quien señaló que al inicio de la auditoría este era el temor más grande.

El Renap prevé haber entregado 5.5 millones de DPI para cuando cierre el proceso de empadronamiento.

Sugerencias

La OEA recomendó a Guatemala mantener el “blindaje del padrón electoral”, a fin de que este continúe con la misma confiabilidad.

Gutiérrez también sugirió simplificar el sistema de inscripción y la creación de un sistema automatizado de registro civil y registro electoral.

“Este es un registro que tiene ya una cantidad de años de existencia; el único peligro o amenaza era la contaminación, pero la auditoría arrojó una confiabilidad del 90 por ciento”, aseveró Gutiérrez.

El padrón electoral existe desde que fue creado el TSE, en 1983, y ha sido sometido a varias auditorías externas para verificar la confiabilidad de esa base de datos.