Verónica Spross, secretaria ejecutiva de Empresarios por la Educación, entidad que impulsa el premio en mención, explicó que el objetivo es honrar y reconocer las buenas prácticas en la escuela, lo cual tratan de extender a todo el país.

“Los maestros que ganaron el premio son creativos, aplican soluciones novedosas a los problemas; sus niños aprenden con alegría y fomentan valores”, agregó Spross.

Con los 10 ganadores suman 50 los que han obtenido el galardón en los últimos cinco años.

Durante el almuerzo ofrecido en un hotel, los profesores compartieron sus experiencias y cómo en los últimos 20 años han logrado perfeccionar métodos de aprendizaje a favor de sus estudiantes.

Las experiencias

Flor Mejía de Tahuité, con 21 años en la docencia, refirió como el atender a 55 niños de primer grado de la escuela Lo de Mejía, en la aldea del mismo nombre, en San Juan Sacatepéquez, la hizo reconocer la magnitud de su trabajo. “Me tocó primer grado después de dar clases en sexto. Acepté el reto de esa clase tan numerosa que requería mi atención”, expresó.

La profesora agregó que utilizó el diálogo como método de enseñanza, el cual le ha permitido resolver conflictos en el aula y enseñar a escribir a los estudiantes.

Recordó que uno de ellos le agradeció el haberle enseñado a leer, después de repetir tres años el mismo grado.

Aída Martínez de Quiquivix, con 18 años de experiencia, recurrió al uso de títeres en la clase de primer grado de la Escuela No. 813 Margarita de Valladares, en la aldea Nueva Concepción, Santa Catarina Pinula, para mejorar la calidad de vida de los educandos.