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Cuál es el origen de los autógrafos y cómo se convirtieron en una industria millonaria

¿Me firmas un autógrafo? Tal vez alguna vez le hiciste esta pregunta a un artista, deportista o personalidad famosa.

Los autógrafos de personalidades han sido codiciados desde hace siglos. (Firma del escritor inglés Charles Dickens) GETTY IMAGES

Los autógrafos de personalidades han sido codiciados desde hace siglos. (Firma del escritor inglés Charles Dickens) GETTY IMAGES

Y si no lo has hecho, seguramente conoces a alguien que sí y que atesora la firma de alguna celebridad en un pedazo de papel, una camiseta de futbol o una pelota de tenis.

Pero ¿de dónde surge el deseo de pedirle a otra persona una firma y guardarla como si fuera un tesoro?

Los griegos y romanos tuvieron algo que ver


Según la Real Academia Española, la palabra autógrafo tiene dos significados:

1. Que está escrito de mano de su mismo autor

2. Firma de una persona famosa o notable.

La primera acepción tiene unos cuantos miles de años.

“En los tiempos antiguos, los autógrafos no eran exactamente como los imaginamos hoy en día”, señaló Sarah Bond, especialista en Historia y Arqueología Clásica de la Universidad de Iowa, en EE.UU.

“En el mundo griego y romano se utilizaban anillos de sello que se convirtieron en piezas extremadamente populares porque eran un distintivo. Y muchos de ellos se pasaban de padres a hijos”, le explicó Bond a BBC Mundo.

Por aquel entonces, el sello funcionaba como una suerte de documento de identidad.

“No existía la licencia de conducir o el número de seguro social. A la gente se la identificaba por su sello (si lo tenía), por sus cicatrices o por sus tatuajes. Había muy pocos elementos para certificar que una persona era quien decía ser”, señaló Bond.

Y así el autógrafo comenzó su camino a la fama.

Según la especialista en escritura antigua, los autógrafos -es decir las firmas personales- comenzaron a ser extremadamente valiosos hace más de 2000 años, “particularmente cuando pertenecían a una dinastía como la de Augusto (63 a.c. – 14 d.c.)”.

Magia encapsulada

Pero no fue hasta la época del Renacimiento (siglos XV y XVI) que el autógrafo se convirtió en un objeto coleccionable en Europa.

Y la actividad se popularizó a finales del siglo XIX en Reino Unido y Estados Unidos, señalaron los expertos consultados.

Pero, ¿por qué recopilar las firmas de otras personas?

“La gente quiere pensar que la figura histórica que idolatran, respetan y aman ha tocado ese papel que contiene su firma. Y de esa forma se sienten cerca de ella“, explicó Nathan Raab, encargado de negocios de Raab Collection, una firma estadounidense con más de 30 años en el negocio de la compraventa de documentos históricos, fotografías y autógrafos.

“Quieren tener algo de esa persona, y a veces ese objeto o autógrafo los inspira”, le dijo Raab a BBC Mundo.

Para Sara Bond, se trata de objetos “encantados”.

“La gente siempre quiere tener alguna suerte de reliquia de una persona que encapsule su magia, que pareciera ser 'supernatural“, explicó.

Según ejemplificó la especialista, la práctica coleccionar objetos de personas admiradas trasciende culturas y religiones.

“¿Por qué querrías un pedazo de vestimenta, o un dedo, o manos de santos, como hace la Iglesia católica?”, se preguntó.

“Y creo que en conservar un autógrafo hay también una especie de magia“, resumió

¿Qué hace que un autógrafo sea valioso?

Su rareza y su importancia histórica.

“Algunos son sólo una firma en una hoja de papel y eso no es tan relevante. Pero si se trata de una carta de George Washington (expresidente de Estados Unidos) durante la guerra revolucionaria es algo más importante”, señaló Nathan Raab a BBC Mundo.

¿El valor de un autógrafo crece con el tiempo?

Si bien el especialista explicó que el negocio de las piezas históricas funciona como cualquier mercado en base a la oferta y la demanda, reconoció que cuanto más importante es el autógrafo más crece su precio.

“No hay una lista de precios. Cada documento es único y el valor depende de su contexto histórico”, explicó Raab.

Pero para diferenciar cuándo un autógrafo es más valioso que otro se requiere experiencia.

Aunque a veces “las piezas son únicas y nunca se había visto antes, por lo que el precio aumenta”, explicó.

El autógrafo de los US$10 millones

El precio de un autógrafo tiene extremos.

“Los autógrafos en general pueden costar desde US$10 a US$15 millones. Y el precio promedio va desde US$10.000 hasta los US$200.000”, ejemplificó Raab.

Aunque recordó que en su negocio se vendió una copia de la Constitución de Estados Unidos firmada por George Washington por US$10 millones.

Subasta

La venta de muchos de los elementos que pertenecieron a estrellas del espectáculo, deportistas a o personalidades de la política, entre otros, y que además están autografiados, generalmente ocurre de dos maneras.

La transacción se realiza de forma privada entre el vendedor y el interesado o los objetos firmados son parte de una subasta.

Este es el caso de uno de los cuados pintados y firmados por el exlíder nazi, Adolf Hitler, que se vendió en 2015 en una subasta en Nuremberg por US$450.000.

En muchas ocasiones, los autógrafos también son parte de una subasta para colaborar con las finanzas de alguna institución como fue el caso de este auto VW Escarabajo con la firma del equipo de fútbol del Bayern Múnich en abril de 2015, con el propósito de ayudar al club Borussia Neunkirchen.

Si bien existen numerosas organizaciones de coleccionistas de autógrafos expandidas por todo el mundo y la industria mueve millones, el autógrafo tiene un competidor que cabe en el bolsillo: el teléfono móvil.

Además de autógrafos, las celebridades ahora sonríen para las cámaras de sus fanáticos.

¿Me firmas un autógrafo? o, ¿nos tomamos un selfie?

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