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Una telenovela real: ¿evitó la reina Isabel II el matrimonio de su hermana con un héroe de guerra?

Tiene todos los ingredientes de una telenovela romántica: la historia de una joven princesa que ve frustrado su deseo de casarse con un hombre prohibido al ser presionada por su hermana mayor, la Reina.

Los actores Ben Miles y Vanessa Kirby interpretan a Peter Townsend y a la princesa Margarita en 'The Crown'. NETFLIX

Los actores Ben Miles y Vanessa Kirby interpretan a Peter Townsend y a la princesa Margarita en 'The Crown'. NETFLIX

Esa es la historia que narra la prodigiosa producción The Crown, el drama sobre el reinado de la reina Isabel II que transmite Netflix, y en el cual se perpetúa el mito de que la princesa Margarita, hermana de la monarca, fue presionada para que renunciara a casarse con el capitán Peter Townsend, el héroe de guerra que le propuso matrimonio en 1953.

Pero los documentos en el Archivo Nacional muestran que la realidad era muy diferente, según escribe el excorresponsal de la BBC, Paul Reynolds.

Alerta Spoiler: los párrafos siguientes revelan parte de la trama de The Crown

La serie muestra al primer ministro Sir Anthony Eden haciendo hincapié en la oposición del gabinete al matrimonio y amenazando a la princesa con el exilio durante cinco años si sigue adelante con esos planes.

La Reina le dice a su hermana que si se casa con Townsend ya no será miembro de la familia real.

Sin embargo, documentos disponibles en los Archivos Nacionales desde 2004 muestran que la Reina y Eden diseñaron un plan en 1955 que habría permitido a la princesa Margarita casarse con Townsend manteniendo su título real e, incluso, conservar el pago anual que recibía como miembro de la monarquía.

Además habría podido seguir viviendo en Reino Unido y continuar con sus deberes reales, si los ciudadanos lo aprobaban, lo que parecía bastante factible.

Sin embargo, habría tenido que renunciar a sus derechos de sucesión de la corona y a los de sus hijos.

La princesa Margarita y Peter Townsend, un expiloto de guerra británico, se enamoraron cuando él trabajó como asistente personal de rey Jorge VI, primero; y luego de Isabel II.

En 1952, él se divorció de su esposa y le propuso matrimonio a Margarita.

La Ley sobre Matrimonios Reales de 1772 exigía que la Reina autorizara el casamiento, algo a lo que ella se negó, bajo la presión del gobierno de Winston Churchill y de la Iglesia Anglicana, que se oponía al divorcio.

Entonces, a Margarita y a Townsend se les dijo que esperaran dos años hasta que la Princesa tuviera 25 años y fuera capaz, de acuerdo con la ley, de decidir por si misma.

Townsend fue entonces enviado como agregado aéreo a Bruselas, donde vivió con sus propios recursos en una habitación de hotel.

Una reforma legal

Transcurridos los dos años, aún había un problema: la Reina mantenía su negativa al matrimonio.

Habiendo cumplido los 25 años, la Princesa tenía la potestad de pedir al Parlamento una autorización para superar el veto de su hermana, pero eso habría generado un escándalo.

Esta vez, sin embargo, se logró un acuerdo.

El gobierno estaba a cargo de Anthony Eden, quien se había divorciado y vuelto a casar.

Él se comprometió a enmendar la ley para quitar a Margarita y a sus hijos de la línea sucesoria, con lo cual el permiso de la Reina para el matrimonio ya no sería necesario.

Era algo simple y definitivo. La Reina estuvo de acuerdo.

Lejos de oponerse al matrimonio de su hermana, la actitud de la Reina fue resumida por Eden en una carta a los primeros ministros de la Mancomunidad. “Su Majestad no desearía interponerse en el camino hacia la felicidad de su hermana“, dijo.

En su misiva, Eden se mostró muy empático con la princesa Margarita. “La exclusión de la sucesión no implicaría ningún otro cambio en la posición de la princesa Margarita como miembro de la familia real”, escribió.

Lo que sigue siendo un misterio es por qué la Princesa, apenas tres días después de que se redactó el borrador final de la propuesta, anunció el 31 de octubre de 1955 que no se casaría con Townsend.

¿El fin del amor?

Una pista de lo ocurrido puede estar en una carta que ella le envió a Eden en agosto de ese año y en la que anuncia que verá a Townsend en octubre.

Es solo al verle de esta forma como siento que puede decidir con propiedad sobre si casarme con él o no“, escribió en el texto que parece indicar que su decisión casarse con él no era tan fuerte como se había creído.

En los Archivos Nacionales hay los tres borradores de lo que se denomina “Sumario del Procedimiento”.

La Princesa habría dicho: “He llegado a la conclusión de que en todas las circunstancias el mejor rumbo para mi es casarme con P.T. y renunciar a mis derechos a la sucesión…”.

Esta redacción no es tan romántica como una versión anterior que decía: “He llegado a la conclusión de que es necesario para mi futura felicidad que me case con P.T.”.

Townsend aún era desaprobado por algunas personas de la clase dirigente y la remoción hecha por algunos funcionarios de la referencia a la felicidad de Margarita y el uso de sus iniciales en el texto solo pueden reflejar esto.

La Reina entonces consultaría a su gobierno y a los gobiernos de la Mancomunidad, los cuales según indican los documentos, ya habían sido persuadidos previamente por Eden.

El gobierno, a solicitud de la Reina, introduciría la enmienda a la ley de 1772 y los gobiernos de la Mancomunidad harían lo mismo.

Se preparó una declaración del Primer Ministro al Parlamento en la que se justificaba la medida al señalar que la ley estaba “fuera de armonía con las condiciones modernas”.

Esa declaración también generó bastantes críticas a la ley por parte del Lord canciller, Lord Kilmuir.

En una carta a Eden en septiembre de 1955 dijo creer que la ley probablemente ni siquiera fuera aplicable a la princesa Margarita por su redacción contradictoria. “Esta ley está mal redactada y es incierta y embarazosa en sus efectos”, dijo.

“Creo que al menos 75% de los electores estarían a favor de que el matrimonio fuera permitido de alguna manera“, agregó.

Eso ayuda a entender por qué el gobierno estaba tan receptivo al plan para que la princesa se casara.

Y, pese a ello, la imagen que permanece en la imaginación de los ciudadanos es la de una monarca acorralada, un gobierno hostil y una joven obligada a abandonar a su héroe de guerra.

Finalmente, el 6 de mayo de 1960, la princesa Margarita se casó con el fotógrafo Antony Armstrong-Jones, quien fue nombrado como Lord Snowdon y Vizconde de Linley.

En el año 2015, la Ley de 1772 fue sustituida por la Ley de Sucesión a la Corona que establece que solo las seis personas más cercanas en la línea de sucesión al trono necesitan el permiso del monarca para casarse.

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