Desde el año 1054 los líderes de ambas iglesias, la católica y la ortodoxa rusa no habían tenido un encuentro a raíz de un gran cisma. Ambos se reunirán en Cuba como símbolo del inicio del diálogo y de una posible visita de Francisco a Rusia.
El Vaticano y la Cuba comunista
El Papa Juan Pablo II fue el primer pontífice en visitar Cuba. El viaje fue uno de los trascendentales en la historia de su pontificado, ya que su visita representaría el inicio del cambio en un país gobernado por el régimen de Fidel Castro desde hacía 40 años.
Karol Wojtyla llegó a Cuba el 21 de enero de 1998 y tenía previsto permanecer cinco días en la isla. El avión de Alitalia llegó al Aeropuerto José Martí tras un vuelo de 12 horas desde Roma. Ahí fue recibido por el presidente Fidel Castro.
Castro manifestó en su mensaje de bienvenida al pontífice: “El respeto hacia los creyentes y no creyentes es un principio básico de los revolucionarios cubanos, el cual se inculca a nuestros compatriotas”, en referencia a que el Papa podía hablarle al pueblo cubano con toda la libertad.
El Papa manifestó su alegría por estar en Cuba,luego de haber sido invitado años atrás por los obispos cubanos y el presidente Castro. Juan Pablo II visitaría las ciudades de Santa Clara, Camagüey, Santiago de Cuba y La Habana.
En cada uno de sus discursos fue inevitable tocar el tema de la libertad política en la isla y la defensa a la dignidad del ser humano. Además de denunciar las inhumanas políticas del neoliberalismo y también a los regímenes totalitarios que han provocado el exilio de miles de cubanos. El pontífice también hizo una dura condena al embargo económico aunque sin hacer referencia al que se mantiene vigente en Cuba por parte de Estados Unidos.
En cada una de las misas que el Papa realizara en Cuba miles de fieles abarrotaron las plazas y calles. Uno de los puntos más destacados en la visita fue la coronación de la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de la isla y que engloba la mayor manifestación de fe de los católicos cubanos y también de seguidores de los cultos afrocubanos. Además de la última celebración eucarística en la Plaza de la Revolución, teniendo como marco los retratos de José Martí y del Ché Guevara que compartieron con un cuadro gigante del Sagrado Corazón.
Muchos pensaron que el viaje del Papa detonaría la caída del régimen comunista de Castro; sin embargo este se mantiene tras más de 57 años.
Pontífice recibido por nuevo líder
Posterior a la renuncia de Fidel Castro a la presidencia de Cuba, asume el liderazgo de la revolución su hermano Raúl Castro en 2006. Seis años después el nuevo pontífice de la iglesia Católica anunciaba su visita a la isla.
El 26 de marzo de 2012 Benedicto XVI llegaba a una Cuba “multiconfesional” según manifestó el pontífice a su llegada. La visita buscaba reforzar el papel de la iglesia como interlocutor privilegiado ante el régimen comunista.
El pontífice procedente de México aterrizó en Santiago de Cuba donde fue recibido por el presidente Raúl Castro y el cardenal Jaime Ortega. La visita del Papa en esta ocasión fue de dos días.
En una misa oficiada en la plaza Antonio Maceo de Santiago de Cuba, Benedicto XVI nuevamente hizo un llamado a defender el matrimonio y la familia, como “célula fundamental de la sociedad”, esto como crítica al aborto ya que en dicho país el aborto es una práctica legal aunque de manera regulada.
Mediador entre EE. UU. y Cuba
El jesuita Jorge Mario Bergoglio, cardenal de Buenos Aires electo pontífice en 2013 con el nombre de Francisco anunció en 2015 su deseo de visitar Cuba en una gira que incluía visitar Estados Unidos.
El contexto de la visita se enmarcaba en el reinicio de relaciones diplomáticas entre Cuba y el país norteamericano. En ese diálogo, Francisco fue uno de los impulsores, aunque en forma discreta.
A su llegada a La Habana el 19 de septiembre de 2015 el Papa expresó: “Animo a los responsables políticos a continuar avanzando por este camino”, en referencia a la relación reiniciada entre ambas naciones ante el presidente Raúl Castro y el arzobispo de La Habana, Jaime Ortega.
Durante dos días Francisco se dirigió a los cubanos y pidió a los católicos servir a los más necesitados y desfavorecidos. Su mensaje más dirigido a la justicia social, como ha sido habitual en su discurso, evitó referirse al exilio cubano y a la disidencia anticomunista. Trascendió también su encuentro con el líder Fidel Castro, en su residencia.
