Según medios locales los explosivos fueron detonados durante un enfrentamiento entre los reclusos.
El Ministerio Público y la Policía judicial iniciaron las investigaciones para determinar quiénes fueron los responsables.
De acuerdo con analistas la mayoría de las cárceles venezolanas son controladas por bandas de presos que poseen potentes armas, municiones y granadas que ingresan a los centros penitenciarios gracias a la complicidad y corrupción de funcionarios civiles y militares.
En el país funciona una treintena de cárceles que fueron diseñadas para unos 16.000 presos pero que albergan a cerca de 50.000 personas, según estimaciones de la organización no gubernamental Observatorio Venezolano de Prisiones.