Algunos testimonios aseguran que el grupo militante fue de puerta en puerta secuestrando mujeres y niñas para casarlas con los miembros de su ejército, mientras que a los niños y jóvenes los obligaron a formar parte del grupo extremista.
Debido a esto y al nuevo poder adquirido, surgió la nueva fuerza especial de élite talibán llamada “Badri 313”, la cual se aleja totalmente de los talibanes con turbantes y armas de menor calibre sentados en camionetas pick-ups.
Ahora esta nueva élite cuenta con un equipo de alto nivel: armas diseñadas especialmente para la guerra, casco y chaleco antibalas, pasamontañas, gafas de visión nocturna y radio táctica.
¿Qué hace este nuevo grupo?
Algunos informes aseguran que esta nueva unidad se desplegó por el aeropuerto de Kabul y sus alrededores por tema de seguridad, esto después de haber tomado el control total sobre la nacion afgana.
Cabe resaltar que este nuevo grupo miliar está entrenado para aplicar la fuerza y tácticas de sometimiento para hacer cumplir las normas establecidas por el nuevo regimen.
Otros informes aseguran que este nuevo grupo tiene estrecha relación con la red Haqqani, una organización considerada terrorista.
¿Qué significa Badri 313?
Según algunos historiadores, la palabra Badri proviene de la batalla Badr que se menciona en el Corán y en la cual el profeta Mahoma, había derrotado con éxito a una flota enemiga con 313 hombres en la Meca.
Según el sitio web de defensa de Pakistán, este nuevo grupo armado muestras que los talibanes son una fuerza paramilitar profesional e incluso está mejor equipada que el ejército Pakistán.
Además de esto, los talibanes son un grupo altamente ideológico y mantiene su fuerza y sus creencias a través de su fe y el fervor religioso, así que para muchos no es extrño verlos equipados con armamento de alto calibre.
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“Propaganda”
“Fueron utilizados en la campaña contra el grupo Estado Islámico entre 2017 y 2020”, precisa a la AFP. “Históricamente, intervienen contra los duros de pelar”.
Según este experto, y también para la revista especializada Jane’s, sus efectivos se estiman en varios miles, como máximo. Reúne “probablemente a algunos de los combatientes mejor formados y mejor equipados” de Afganistán, estima Matt Henman, jefe de sección de terrorismo e insurrección de Jane’s.
“Podemos pensar que hay un poco de sensacionalismo en la propaganda” que la rodea, señala, pero es “muy probable que Pakistán haya aportado como mínimo un embrión de formación”.
Símbolos de una formación militar que no tenían los talibanes hace 20 años, los miembros de la “Badri 313” “demostraron su eficacia en el campo de batalla”, dice por su parte Bill Roggio, redactor jefe de Long War Journal (LWJ), revista estadounidense especializada en la guerra contra el terrorismo.
“Hemos podido ver durante la ofensiva final, desde mayo, que las fuerzas especiales de los talibanes fueron centrales en la toma de Afganistán”, añade, sin descartar no obstante una posible exageración de los hechos.
Desde hace varios días, la unidad está a cargo de la seguridad alrededor del aeropuerto de Kabul, frente a las fuerzas estadounidenses.
Red Haqqani
La unidad incluso se permitió hacer una broma difundiendo una imagen de sus soldados alzando la bandera blanca de los talibanes, como una recreación de la famosa fotografía de los combatientes estadounidenses en la batalla de Iwo Jima, en Japón, en la Segunda Guerra Mundial.
Además de su eficacia operacional, la unidad “Badri 313” es objeto de poderosos intereses políticos.
Está estrechamente relacionada con la red Haqqani, una organización considerada terrorista por Estados Unidos pero con un peso importante entre los talibanes. Dos de sus representantes asisten en Kabul a las negociaciones sobre el nuevo gobierno.
La unidad 313 representa “la combinación del entrenamiento militar de los talibanes durante años y los esfuerzos de la red Haqqani para profesionalizar la institución militar afgana”, señala Bill Roggio.
Su papel tendría que seguir siendo central en el régimen.
La “Badri 313” es “un símbolo de la sofisticación de los talibanes y de su compromiso para llegar a sus objetivos”, estima Calibre Obscura.
Es sobre todo reflejo de su progresión en materia militar. El país está en guerra desde hace cuatro décadas y ha aprendido mucho desde la invasión soviética de 1979.
“Vemos una profesionalización notable de los talibanes desde mediados de los años 2000”, confirma Gilles Dorronsoro, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad París 1.
“La guerra que libran no es para nada la que hicieron sus padres contra los rusos. Han aprendido en el terreno y son muy buenos a nivel técnico”, insiste.