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La polémica por el paciente que se enteró de que iba a morir por un video transmitido por un robot

"Una atrocidad".

Así describieron amigos y familiares de un paciente en un centro de California que se enteró que iba a morir por un video de un médico proyectado en un robot.

Ernest Quintana, de 78 años, estaba internado en el Centro Médico Kaiser Permanente en Fremont, California, cuando el pasado lunes un médico, que aparecía en la pantalla del robot, le informó que moriría en unos pocos días.

Una amiga de la familia escribió en las redes sociales que esa “no era la manera de mostrar valor y compasión a un paciente”.

El hospital, por su parte, dijo que “lamenta no cumplir” con las expectativas de la familia.

Quintana murió al día siguiente.

“Una situación frustrante”

Julianne Spangler, amiga de la hija de Quintana, publicó una foto del robot en Facebook.

Según ella, la máquina “le dijo (a Quintana) que no le quedan pulmones sanos. La única opción es quitar la máscara (de oxígeno) que lo ayuda a respirar y ponerlo en un goteo de morfina hasta que muera”.

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Más tarde le dijo a la BBC que esta era “una situación extremadamente frustrante” y “una atrocidad de cómo el cuidado médico y la tecnología se están fusionando”.

“Creo que los avances tecnológicos en medicina son maravillosos, pero la línea de ‘dónde’ y ‘cuándo’ (deben usarse) tiene que ser blanco y negro”, agregó.

La nieta de Quintana, Annalisa Wilharm, quien estaba con él en el hospital, también le dijo a la BBC que estaba “tratando de no llorar”.

“Miro hacia arriba y hay un robot en la puerta”, dijo, y agregando que el doctor en la pantalla “parecía que estaba en una silla en una habitación en algún lugar”.

“Lo siguiente que sé es que estaba diciendo: ‘Obtuve estos resultados de Imagen por Resonancia Magnética (IRM) y no quedan pulmones, no hay nada con lo que podamos trabajar'”.

“En ese momento me desesperé por dentro intentando no llorar, no gritar porque éramos solo yo y él”, en la habitación, relató.

“Recibió la peor noticia de su vida sin su esposa durante 58 años”, añadió.

Cuando la mujer de Quintana llegó, se quejó con el personal del hospital sobre cómo se le comunicó la noticia a su esposo.

Annalisa Wilharm dijo que una enfermera le dijo a su abuela: “Esta es nuestra política, así es como hacemos las cosas”.

“Nos quedamos cortos”

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El centro médico se defiende asegurando que esa no fue la primera comunicación con el paciente.

Michelle Gaskill-Hames, vicepresidenta principal de Kaiser Permanente, dijo en una declaración que la política del centro médico es tener una enfermera o un médico en la sala cuando se llevaban a cabo consultas remotas.

“La teleconferencia a través del video de la noche fue un seguimiento de las visitas anteriores a los médicos”, agregó.

No reemplazó las conversaciones anteriores con el paciente y los miembros de la familia y no se utilizó en la entrega del diagnóstico inicial”.

Añadió: “Dicho esto, no apoyamos ni fomentamos el uso de la tecnología para reemplazar las interacciones personales entre nuestros pacientes y sus equipos de atención; entendemos lo importante que es esto para todos los involucrados, y lamentamos que no hayamos alcanzado las expectativas de la familia”.

“Usaremos esto como una oportunidad para revisar cómo mejorar la experiencia del paciente en la interacción con el tele-video”.

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