Las palabras de la periodista y escritora china Karoline Kan, quien fue entrevistada en el podcast Trending de la BBC, suponen un capítulo más sobre la falta de libertades en el país que muchos reclaman.
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“¿Por qué me autocensuro en internet?”: el testimonio de una periodista sobre la libertad de información en China
"Pueden venir funcionarios del gobierno y tocarte la puerta de casa para averiguar los motivos por los que publicas en la web tantas palabras delicadas".
Las protestas de Hong Kong sobre la ley de extradición a China, por ejemplo, llevan más de dos meses en curso.
Y lo que comenzó como reacción de los habitantes de Hong Kong a esa impopular medida se ha convertido en un reclamo de garantías democráticas. Para ello, los manifestantes han evitado usar las redes sociales tradicionales y así burlar la vigilancia de las autoridades chinas.
En la segunda economía del mundo, Google, Facebook, YouTube, Instagram o Twitter están prohibidos y las redes sociales locales están vigiladas por el gobierno, que no duda en censurar cualquier comportamiento que estime en contra de sus intereses.
En China, existen otras redes sociales en lugar de las más conocidas en el mundo occidental. La más popular es WeChat, una especie de Whatsapp con elementos de Facebook en la que el gobierno chino puede vigilar.
Es decir, una forma de expresión ha sido transformada en un mecanismo de control.
Pero esto no sucedió siempre.
En 2008, cuando los Juegos Olímpicos de Pekín, China ofrecía una imagen de apertura económica y social. Internet estaba en pleno desarrollo y los ciudadanos comenzaron a tener acceso a contenidos que desconocían.
“En un país donde las protestas estaban perseguidas, el acceso a la web hizo sentir menos sola a la gente. Yo sentía que eso era libertad“, reconoce Kan.
A través de internet, Kan podía consumir noticias de China que no eran producidas en el país y así tener acceso a un punto de vista diferente.
Recuerda como, en 2009, leyó lo ocurrido hacía 20 años en la plaza de Tiananmén, cuando las fuerzas de seguridad del estado reprimieron las protestas dejando una cifra de muertos que pudo ascender a los cientos o miles, aunque no existen cifras oficiales.
“Era algo que no se aprendía en las escuelas y apenas se mencionaba con detalles”, afirma la periodista.
Entonces, poco a poco, fueron bloqueándose páginas de internet y plataformas online, especialmente después del accidente de tren en la zona costera de Zhejiang en 2011, donde 32 personas murieron y la opinión pública criticó la forma en que se ocultaron las causas del accidente, que apuntaban a un error de fabricación.
Y la imagen de apertura y mayor acceso a la información tuvo un punto marcado de retroceso: la llegada al poder de Xi Jinping, el actual presidente.
“Fue en ese momento cuando la gente empezó a sentir que ya no se iba en la misma dirección”, afirma Kan.
¿Cómo es la censura que aplica China en las redes sociales?
“Si eres una compañía de redes sociales en China, definitivamente no quieres enfadar al gobierno“, declara Kan.
Como condición para operar en China, hay que obedecer las leyes. Si esas mismas compañías no censuran ciertos contenidos, corren el riesgo de enfrentarse a un castigo. Así que esas empresas se autocensuran bastante”, explica la periodista.
Esto significa que, de forma intencional, los reguladores de redes sociales evitan que se publiquen “palabras sensibles”.
“Palabras como el nombre del presidente o sucesos históricos como el de Tiananmén están prohibidos en las plataformas sociales chinas. Incluso diciendo algo positivo sobre el líder del país ya atraes la atención de las autoridades y eso la gente no lo quiere”, dice Kan.
Según la periodista, a uno de sus amigos le bloquearon la cuenta de WeChat durante tres días por comentar con otro amigo sobre una hipotética reforma del sistema legislativo chino.
Kan, que ha trabajado varios años para medios extranjeros, reconoce que debe ser muy cuidadosa cuando usa WeChat.
Dicha compañía declinó hacer comentarios al respecto cuando la BBC lo solicitó.
“A los chinos no se les ha dado un libro guía con las palabras que pueden usar o no. Por ello, muchos optan por, cada vez que sienten que una palabra puede ser sensible, no usarla. La autocensura es muy fuerte“, admite.
Cómo el gobierno justifica este control
“El gobierno chino controla internet de acuerdo con la ley. China está completamente en su derecho de tomar… medidas necesarias contra sitios web extranjeros que transmitan información ilegal y dañina”, dice la embajada de China en Reino Unido.
“La estabilidad social es la misión número uno. Para llegar a ese objetivo, borran todo aquel contenido que no les gusta“, responde Kan.
Sin embargo, los ciudadanos han encontrado la manera de burlar la censura, usan distintos caracteres que suenan parecido para que las otras personas entiendan su significado. Incluso, se comunican a través de emoticonos.