Por un lado, la sentencia reconoce una deuda de la empresa con Santiago Calatrava de 7,28 millones de euros en concepto de honorarios y, por otro, condena al arquitecto a una indemnización de 10,24 millones de euros por los gastos derivados del derrumbe parcial del encofrado de un graderío durante las obras y por un problema con la cubierta, que debía ser móvil y quedó fija.
De esa diferencia sale la indemnización a la que deberá hacer frente el arquitecto.
Calatrava, que tiene en su haber obras importantes en diferentes países y ha recibido numerosos premios, ha tenido ya algunos contenciosos judiciales.
En 2012 el Tribunal de Cuentas italiano le investigó por supuesto daño al erario público por errores cometidos durante la realización del puente para el gran canal de Venecia, inaugurado en 2008, ya que el presupuesto inicial se triplicó después.
También fue polémico su proyecto de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia, en el que unos años después de la inauguración los técnicos hallaron defectos de construcción, que llamaron la atención porque los honorarios que el arquitecto percibió ascendieron a 94 millones de euros, que Calatrava calificó de “ajustados” por la calidad y volumen de obra.
