Internacional

En Ginebra comienza semana de negociaciones para trabajar acuerdo climático

Los negociadores sobre el clima se dan cita a partir de este domingo en Ginebra para una semana de negociaciones en torno al borrador de un futuro acuerdo de París que aspira a limitar el recalentamiento del planeta.

PARÍS.- Esta primera reunión desde la conferencia de Lima de diciembre recién pasado promete ser intensa y fastidiosa: el actual borrador de 37 páginas que salió de la capital peruana ofrece un abanico muy amplio de opciones que van a generar debates entre los 195 Estados representados en la ONU y que probablemente no queden todos resueltos.

“Estamos en un momento crítico”, advierte el sudafricano Maesela Kekana, negociador del grupo África. “Será la última oportunidad de revisar los elementos que compondrán el texto de la negociación” antes de la próxima reunión prevista en junio en Bonn.

“Si todo sale bien, al final de la semana tendremos un texto mejorado. El temor es que de 35 páginas terminemos con 200”, resume Laurence Tubiana, responsable de la negociación para Francia, que organizará en diciembre la gran conferencia destinada a sellar el primer acuerdo universal sobre el clima.

El objetivo de ese acuerdo destinado a suceder al protocolo de Kioto a partir del 2020 es limitar el aumento de las temperaturas a +2ºC con relación a la era preindustrial (tomando en cuenta que ya alcanza +0,8ºC), lo cual implica reducir drásticamente las emisiones de CO2 y por lo tanto la utilización de energías fósiles.

Actualmente, el mundo se dirige hacia un aumento de 4 o 5 grados para fines de siglo, como lo ilustró el récord de calor alcanzado en 2014. Ello conduce a fenómenos climáticos extremos, alza del nivel del mar, seguridad alimentaria amenazada y grandes fenómenos migratorios.

Mientras que los gases con efecto invernadero alcanzan concentraciones en la atmósfera inéditas desde hace 800.000 años, es necesario apartarse de las energías fósiles, base de las economías actuales, en beneficio de las renovables.

– Meta a largo plazo –

La urgencia y el diagnóstico confirmado en 2014 por los expertos mundiales del grupo intergubernamental de expertos sobre el clima (IPCC) suscitan unanimidad a nivel mundial. Pero las negociaciones chocan contra los medios para lograrlo y las responsabilidades de cada cual, controversias recurrentes que la reunión de Lima no logró allanar.

¿Cuál es la parte del esfuerzo que corresponde a los países en desarrollo? ¿Cómo garantizar el financiamiento que se les ha prometido y que actualmente no se les está dando? ¿Qué lugar ocupan en el dispositivo países emergentes como China o India cuyas emisiones aumentan rápidamente?

Los pequeños estados insulares destacan por ejemplo que en Ginebra buscarán defender “las necesidades de los países más vulnerables”.

Los defensores del medio ambiente esperan que también se alcancen signos concretos de una voluntad de compromiso.

Paralelamente, los Estados fueron invitados a anunciar su contribución a la reducción de emisiones. Una minoría lo hará antes de fines de marzo, la fecha sugerida por la ONU y otros en junio. La fecha límite final es el 1 de octubre.

Esos compromisos serán una “primera etapa” y se limitarán a 2025 o 2030, insiste Laurence Tubiana. Por esa razón, habrá otro punto esencial en la negociación: establecer un procedimiento de revisión y progresión de los compromisos para los años venideros, si se quiere permanecer por debajo de los 2ºC.

Mientras continúan las negociaciones, diplomáticos y observadores destacan además la importancia de iniciativas de las colectividades, empresas e inversionistas para construir economías más sobrias en carbono.

“Sería comprender mal la complejidad de lo que estamos manejando imaginarse que un acuerdo en París resolverá como por milagro el problema del cambio climático”, advirtió Christiana Figueres, la responsable del clima en Naciones Unidas.

“Lo que hará París es trazar el camino que pueden recorrer los gobiernos y empresas (…) que conduce a la meta de los 2ºC. Para lograrlo, tenemos que poner en marcha transformaciones fundamentales. El papel del acuerdo de París es trazar la ruta hacia esa meta a largo plazo”.

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