Internacional

El Chapo, el narco mexicano que de niño vendía caramelos, a espera de la cadena perpetua

El legendario capo mexicano Joaquín "Chapo" Guzmán, que debe ser condenado a cadena perpetua tras un histórico juicio en Estados Unidos, de niño subsistía vendiendo naranjas, caramelos y gaseosas. A los 54 años ingresó a la lista Forbes de multimillonarios y, en el trayecto, construyó su propio mito.

Joaquín “El Chapo” Guzmán es acompañado a un helicóptero en el aeropuerto de la Ciudad de México el 8 de enero del 2016 luego de su recuperación durante una intensa operación militar. (Foto Prensa Libre: AFP).

Joaquín “El Chapo” Guzmán es acompañado a un helicóptero en el aeropuerto de la Ciudad de México el 8 de enero del 2016 luego de su recuperación durante una intensa operación militar. (Foto Prensa Libre: AFP).

Luego de dos fugas de película de cárceles mexicanas y tres capturas no menos espectaculares, el famoso narcotraficante fue extraditado a Estados Unidos en enero de 2017 y desde entonces ha estado en aislamiento presidiario casi total.

El gobierno estadounidense pidió que el “despiadado” capo sea condenado a cadena perpetua más 30 años de cárcel por traficar cientos de toneladas de drogas a Estados Unidos durante un cuarto de siglo. La sentencia se conocerá este miércoles 17 de julio.

Dónde nació El Chapo

El Chapo nació el 4 de abril de 1957 en el rancho La Tuna, del municipio de Badiraguato, en Sinaloa, una árida región del noroeste de México conocida en el mundo por su gran producción de marihuana, amapola y recientemente fentanilo.

En ese Estado, afectado por la incesante violencia, la historia de Joaquín Guzmán Loera, quien sólo estudió hasta tercero de primaria, es inspiradora para los jóvenes, y se resume como la forma en que una persona pobre puede ser respetada y tener dinero.

Vendió caramelos

“Recuerdo como mi madre hizo pan para mantener a la familia. Vendí naranjas, vendí refrescos, vendí caramelos. Mi madre era una gran trabajadora, trabajó mucho. Cultivamos maíz, frijoles. Me ocupé del ganado de mi abuela y cortaba madera”, dijo el capo en la famosa entrevista grabada para la revista Rolling Stone y Kate del Castillo Productions.

Guzmán tenía 15 años cuando entró al negocio de las drogas y tres años después partió a Culiacán, capital de Sinaloa, y de ahí a la segunda ciudad en importancia del país: Guadalajara, donde se unió al cártel de Miguel Angel Félix Gallardo, el primer zar mexicano de la cocaína.

Primer cartel trasnacional

Luego de la captura de Gallardo, Guzmán se convirtió en parte de la segunda generación de líderes del cártel de Sinaloa, fundado en la década de 1960 y considerado el primer cartel trasnacional de México.

En la época de oro del capo colombiano Pablo Escobar, Guzmán fue enviado a contactar a narcotraficantes del país sudamericano, donde tejió alianzas privilegiadas para proveerse de cocaína y exportarla principalmente a Estados Unidos.

Para 1989 el Chapo ya era un jugador importante en el mercado de estupefacientes.

Narcotraficantes antagónicos trataron de matarlo en 1993, en un fallido atentado en el aeropuerto de Guadalajara. El cardenal de Guadalajara murió en medio de la balacera.

Desde entonces, autoridades mexicanas y estadounidenses se dieron a la labor de capturar al corpulento capo de poco más de 160 cm de altura. En 1993 fue detenido en Guatemala.

Al frente del poderoso cártel de Sinaloa estuvieron, además, Ismael “El Mayo” Zambada -prófugo y considerado el actual líder de la organización-, Juan José Esparragoza “El Azul” -de quien no se sabe si está vivo o muerto- y Nacho Coronel -abatido-, tío de Emma Coronel, exreina de belleza, actual esposa de Guzmán y madre de las pequeñas gemelas del capo.

En decenas de ciudades

La empresa criminal, que opera en decenas de ciudades de Estados Unidos, ostenta aún hegemonía en la mitad del territorio mexicano y toda Centroamérica, tiene alianzas en Sudamérica y distribuye a Europa, Asia y Australia.

El Chapo se fugó por primera vez el 19 de enero de 2001, cuando huyó escondido en el cubo de la ropa sucia de la cárcel de Puente Grande, Jalisco (oeste), y la última vez fue el 11 de julio de 2015 por un túnel de 1.5 km cavado bajo la ducha de su celda en el Altiplano, a unos 90 kilómetros de la capital mexicana.

La traición de su ego

Guzmán llegó a esa cárcel con años de experiencia en la construcción de “narcotúneles”.

En 1990 fue detectado el primer túnel fronterizo construido en Douglas, Arizona, por Jesús Corona Verbera, a quien Guzmán llamaba “El Arquitecto” y que en 2003 fue condenado a prisión en Estados Unidos. Pero el capo siguió la técnica.

Su leyenda ha sido alimentada por “narcocorridos” que relatan sus hazañas, y en 2011 fue incluido en la lista de las mayores fortunas del mundo de la revista Forbes, con más de 11 mil millones de dólares. Dos años después, la agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA) y la Comisión Anticrimen de Chicago, lo nombraron enemigo público número uno de la ciudad y lo compararon con Al Capone.

La caída del capo que llegó a ser el fugitivo más buscado del mundo, comenzó el 22 de febrero de 2014, cuando fue aprehendido mientras estaba con Emma Coronel y sus gemelas en un apartamento del balneario Mazatlán, Sinaloa.

Su estancia en la cárcel fue breve antes del segundo escape, pero su ego lo traicionó y contactó a la actriz mexicana Kate del Castillo y al actor estadounidense Sean Penn para que grabaran su biografía. Eso, según autoridades mexicanas, llevó a su localización y última detención en enero 2016.

Lejos ha quedado la imagen del invencible capo. Hace unos días suplicó sin éxito a un juez mayor suministro de agua y tapones para los oídos.

 

ESCRITO POR:

ARCHIVADO EN: