La justicia demoró una semana en ordenar su aprehensión. Mientras estuvo oculto, llamó por teléfono a su exesposa y confesó ser “un monstruo”. ¿Cómo sigue la causa?
Tras esconderse durante una semana, el expolicía fue detenido acusado de haber abusado sexualmente durante al menos ocho años de su hijastra en la casa familiar donde vivían en la localidad de General Madariaga.
Crónica.com informó que Claudio E. había sido denunciado hace 10 días por la adolescente de 15 años. Acompañando de su abogado, Osvaldo Verdi, se entregó recientemente en la sede de la Policía.
Luego de formalizarse la detención, se negó a declarar ante el fiscal del caso, Walter Mercuri, titular de la Unidad Funcional de Instrucción 8 de Madariaga, por lo que pasó la noche alojado en un calabozo para luego ser trasladado a la Unidad Penal 44 de Batán.
El expolicía fue imputado de “abuso sexual agravado por tratarse de una menor y aprovechándose de la inmadurez de la víctima que le impidió consentir libremente el acto, gravemente ultrajante por su duración en el tiempo; agravado por ser el imputado el encargado de la educación y la guarda de la víctima y por la convivencia preexistente.
Fuentes judiciales indicaron que la denuncia en su contra fue presentada el 16 de agosto en la Comisaría de la Mujer, por parte de la víctima y de la madre de ella, con quien el hombre está casado desde hace más de 10 años.
En su presentación, la adolescente relató que su padrastro había abusado sexualmente de ella desde que tenía 7 años, y que incluso lo había hecho ese mismo día en la casa en la que convivían junto a su madre y sus otros dos hermanos hijos de su padrastro.
Horas después de la denuncia, el hombre abandonó el domicilio, tal como constató cuando personal policial se presentó en el lugar con una orden de exclusión del hogar hacia él.
Antes de huir, el acusado “se rapó la cabeza, estrelló su celular contra una pared, dejó una nota escrita a mano en la que pedía que lo perdonaran, y le confesó todo a un vecino, que también se presentó como testigo”, detallaron fuentes policiales.
Al día siguiente de haber escapado se comunicó telefónicamente con su esposa y dijo que estaba “en el Oeste” y que había llegado “a dedo” cerca de Chivilcoy, pero los investigadores establecieron que estuvo en realidad en un locutorio de la ciudad de Mercedes.
“Voy a estar preso como 30 años por una aberración. Soy un monstruo”, aseguró el hombre en esa comunicación, que fue dada a conocer por cronica.com. y dijo que no se entregaría a la policía.
A partir de estos elementos y de una pericia médica de la víctima incorporada a la causa, Mércuri pidió que se ordenara su detención, pero el magistrado subrogante del Juzgado de Garantías 4 de Dolores, Gastón Giles, rechazó el pedido, porque consideró que no había “elementos suficientes” para avanzar y solicitó una pericia psicológica de la víctima.
El fiscal apeló esa resolución, pero el planteamiento no llegó a la Cámara de Apelaciones de Mar del Plata: a partir de un pedido de licencia posterior de Giles, el juez que intervino en su lugar, Christian Gasquet, decidió hacer lugar a un nuevo pedido de detención y ordenó la captura del exoficial.
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El hombre, que hasta el momento de la denuncia prestaba funciones en la Comisaría 4° de Cariló, fue expulsado de la Policía bonaerense, informaron fuentes del Ministerio de Seguridad.
En el marco de la causa, el fiscal pidió que realizaran pericias químicas sobre sábanas y prendas secuestradas, así como el análisis de las extracciones de sangre y saliva realizadas al acusado para posteriores cotejos de ADN.
Mércuri solicitó además que fuera peritado el celular que el hombre destruyó antes de escapar de su vivienda.