Internacional

Francia afronta día de protestas por reforma laboral de Hollande

Sindicatos y jóvenes descontentos unieron fuerzas el miércoles para una jornada de protestas contra los planes del presidente francés, Francois Hollande, de modificar la semana laboral de 35 horas establecida en el país para crear empleo.

Estudiantes franceses protestan contra la reforma laboral en París. (Foto Prensa Libre:EFE)

Estudiantes franceses protestan contra la reforma laboral en París. (Foto Prensa Libre:EFE)

 Varios sindicatos y organizaciones de estudiantes convocaron protestas en más de 200 localidades de toda Francia para intentar acabar con una ley que ha dividido incluso a los socialistas de Hollande.       

Las protestas se celebraban el mismo día que la huelga de ferrocarril, que causó retrasos en algunos trenes suburbanos y de larga distancia pero no en el transporte local. 
     
La polémica reforma laboral daría margen de maniobra en torno a la sacrosanta semana laboral francesa de 35 horas, introducida en 2000 por los socialistas y ahora un pilar de la izquierda. El actual gobierno socialista quiere hacer ajustes para reducir la tasa de desempleo del 10%, como pretendía hacer esa semana de horario reducido.       

La propuesta mantiene técnicamente la semana de 35 horas, pero permite a las empresas organizar calendarios alternativos sin seguir los convenios sectoriales, para ampliar los turnos a una semana de 48 horas semanales y 12 horas al día. En “circunstancias excepcionales” , los empleados podrán trabajar hasta 60 horas a la semana.       

Para permitir a las empresas gestionar picos de negocio, una medida permitiría que los empleados trabajen más de 35 hora sin cobrar por horas extra. A cambio, tendrían más días libres más adelante. Otras medidas suavizarían las normas sobre el despido y sobre el trabajo desde casa o por la noche.       

Las propuestas han colocado a todos los grandes sindicatos laborales y organizaciones juveniles en contra del gobierno. Con elecciones presidenciales el año que viene y la popularidad de Hollande está en su punto más bajo, una ley que facilitaría a las empresas poner fin a los convenios laborales alimenta el descontento de un país muy golpeado por la crisis económica.       

Ante la escuela secundaria Helen Boucher, los estudiantes vitoreaban cualquier mención sobre cómo el movimiento impediría que Hollande y el gobierno aprobaran la ley.       

Maryanne Gicquel, portavoz del sindicato de estudiantes FIDL describió el recorrido de los jóvenes hacia un trabajo estable como “una sucesión de pasantías y empleos mal pagados” .       

El gobierno del primer ministro, Manuel Valls, insistió en que la ley no se retirará, aunque continúan las conversaciones con representantes sindicales.

El proyecto, que en principio iba a debatirse el miércoles en el Parlamento, se aplazó dos semanas ante la creciente oposición. 

Sistema en las últimas

No obstante, los partidarios de esta reforma estiman que para reactivar la economía del país es fundamental crear puestos de trabajo y mantener la competitividad.

    El ministro francés de Economía, Emmanuel Macron, dijo el martes en una entrevista con la radio France Inter que el desempleo no ha caído por debajo de 7% en 30 años.

    “Lo hemos intentado todo? Veamos fuera de Francia. Qué ha sucedido en otros lugares? Todos han evolucionado, todos han hecho cosas” , dijo.

    El diario Le Parisien se refirió a reformas similares en España, Italia y Gran Bretaña y dijo en un editorial el martes que el código laboral de Francia “no estaba adaptado a nuestra época” .

    “Negar la necesidad de la reforma es negar que el mundo que nos rodea está en movimiento, que nuestro sistema social está en las últimas y que el desempleo no retrocede” , afirmó.

    Las empresas francesas aducen que son reacias a contratar empleados permanentes debido a los obstáculos que les impide despedirlos en tiempos de vacas flacas.

Los jóvenes salen de las universidades y terminan trabajando con contratos temporales durante años o haciendo prácticas con la esperanza de conseguir un trabajo permanente.

    La ley El Khomri flexibiliza las cláusulas para justificar un despido. Una caída en los pedidos o ventas, o pérdidas de explotación, serían causas suficientes para despedir a personal.

    También reduciría el pago de horas extra más allá de la jornada laboral de 35 horas semanales, que fue instaurada en la década de los 90 en un intento de los socialistas para impulsar el empleo.

    Si bien el primer ministro Valls ha dicho que los jóvenes serían los que más se beneficiarán de la ley, las organizaciones juveniles han sido las más claras en pedir su abandono total.

    Está previsto que estudiantes de secundaria participarán en una protesta juvenil el miércoles junto con los sindicatos, movimientos ecologistas y estudiantes universitarios.

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