“Ya nos habíamos retirado y me dicen que hubo unos incidentes, todos dirigidos por infiltrados del gobierno” que esperaron a que la dirigencia opositora se retirará de la protesta, indicó el gobernador.
Agregó que “hubo algunos hechos que el gobierno pretenderá utilizar, esconderse detrás de eso” para descalificar las marchas.
La oposición informó de 17 manifestantes detenidos en el estado Nueva Esparta (este), de quema o retención de autobuses de los manifestantes en los estados Barinas y Mérida (suroeste); y de lanzamientos de bombas lacrimógenas y disparos de perdigones en Carabobo (centro).
En Caracas policías y militares impidieron a un millar de manifestantes llegar hasta la sede del Consejo Nacional Electoral (CNE) en Caracas, lanzaron gases lacrimógenos y detuvieron al menos a siete personas en la estratégica avenida Libertador, constaron periodistas de la AFP. En conjunto se calcula al menos 30 detenidos en todo el país.
Capriles explicó que la movilización de este miércoles fue en defensa de la Constitución y el referendo”, y subrayó que se cumplió el objetivo de que el Consejo Nacional Electoral recibiera un documento de la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática que relata lo que consideran violaciones del gobierno de Maduro al proceso de convocatoria de la consulta.
Aunque la movilización opositora no pudo alcanzar las oficinas centrales del CNE en el centro de Caracas, la dirigencia de la MUD sí entregó un documento a uno de los cinco rectores principales del CNE, Luis Emilio Rondón, afín a la oposición, quien acudió al lugar y prometió someterlo al plenario del organismo.
El CNE es acusado por la oposición de estar bajo control del chavismo.
Marchan pese a estado de Excepción
Los opositores venezolanos exigieron este miércoles en las calles, entre gases y escaramuzas con la policía, un referendo revocatorio contra el presidente Nicolás Maduro, quien puso en vigor un estado de excepción y advirtió que podría incluso decretar una “conmoción interior”.
La protesta, convocada por la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) en 23 ciudades, se convirtió en el primer pulso bajo el estado de excepción que declaró el viernes Maduro para enfrentar la severa crisis económica y cerrar el paso a los intentos por sacarlo del poder. “¡Revocatorio, revocatorio!”, gritaron los manifestantes.
Al final de la jornada de protestas, el presidente advirtió que tiene “listo” un decreto de “conmoción interior” en caso de que se desaten hechos “golpistas violentos”, el cual implicaría restricciones a libertades civiles.
“No lo dudaré para decretarlo si fuera necesario para combatir por la paz y la seguridad de este país”, dijo Maduro, en un acto con seguidores en Guanta, en el estado Anzoátegui (este).
“Han puesto mil trabas, no quieren revisar las firmas y ahorita con estado de excepción nos reprimen”, aseguró a la AFP Mary Olivares, una universitaria de 28 años, en la avenida Libertador.
Temor a un estallido social
Mientras la tensión política sube, en las calles el malestar social aumenta ante la dramática escasez de alimentos básicos y medicinas, y la inflación más alta del mundo (180,9% en 2015 y proyectada por el FMI en 700% para 2016).
“La gente está cansada. La situación está malísima, esto en cualquier momento revienta”, dijo a la AFP Lilimar Carrillo, una enfermera de 39 años, en fila para comprar comida en Guarenas, a 45 km de Caracas, donde el martes hubo una protesta por escasez de alimentos.
Según la encuestadora Datanálisis, 70% de los venezolanos apoya un cambio de gobierno. Para revocar a Maduro, la oposición necesita una votación de más de 7,5 millones con que fue elegido el gobernante en los comicios de abril de 2013.
El estado de excepción, rechazado el martes por el Parlamento dominado por la oposición, contiene medidas para enfrentar la crisis económica y autoriza “operativos especiales de seguridad”, en el marco del cual 519 oficiales, solados y milicianos harán ejercicios militares los próximos viernes y sábado.
“No queremos que haya un desangre ni un golpe de Estado”, declaró durante la concentración el presidente del Parlamento, el opositor Henry Ramos Allup, al abogar por “una solución pacífica” a la crisis política.
Año crucial
El CNE finalizará el 2 de junio la auditoria de las firmas. De ser aceptadas, los firmantes tendrán que revalidar su apoyo con la huella dactilar. Luego, la MUD debería reunir cuatro millones de firmas en tres días para convocar al referendo.
La oposición quiere el referendo este año, pues si se hace después del 10 de enero próximo -cuando se cumplen cuatro años del actual mandato- y Maduro pierde, los dos años restantes los completaría el vicepresidente, designado por el mandatario. Si se realiza antes, se debe convocar a elecciones.
“El referendo se puede hacer este año y ustedes lo saben. Evitemos un estallido”, afirmó el líder opositor Henrique Capriles, quien junto a Ramos Allup encabezó la movilización en Caracas.
El vicepresidente venezolano, Aristóbulo Istúriz, llamó a la oposición a que “esperen” las elecciones de 2018 si quieren relevar a Maduro.
Para el presidente, la consulta no tiene “viabilidad” porque hubo un intento de “fraude en las firmas presentadas”.
Maduro sostiene que la oposición quiere justificar una intervención de Estados Unidos, para lo que busca provocar violencia, propagar la idea de que Venezuela enfrenta una “crisis humanitaria” y hace lobby en el exterior y en foros como la Organización de Estados Americanos (OEA).
“Negar la consulta al pueblo, negarle la posibilidad de decidir, te transforma en un dictadorzuelo”, manifestó este miércoles el secretario general de la OEA, Luis Almagro. En respuesta, Maduro lo llamó “basura”.