Internacional

Espían a pingüinos con robot rodante disfrazado

La nueva herramienta para los biólogos es el robot bebé pingüino espía. Es muy lindo y tan convincente que los pingüinos prácticamente le hablan, como si fuera un posible amigo para sus polluelos. 

WASHINGTON DC.- Los pingüinos emperador son notoriamente tímidos. Cuando los investigadores se acercan, los pingüinos normalmente se retiran y se les eleva el ritmo cardíaco. Pero eso no es lo que necesitan los científicos cuando quieren verificar el ritmo cardíaco y otros parámetros de salud de esas aves.

Así las cosas, científicos internacionales e incluso cineastas de documentales, encabezados por Yvon Le Maho, de la Universidad de Estrasburgo en Francia, crearon un aparato rodante de control remoto disfrazado de polluelo para que se acurruque entre los pingüinos tímidos en Tierra Adelie, en la Antártida, el mismo lugar donde se filmó el documental “La marcha de los Pingüinos” del 2005.

Los investigadores podían hacer sus observaciones desde casi 198 metros  (unos 650 pies) de distancia.

La primera versión del aparato rodante disfrazado, fabricado de fibra de vidrio, no pasó la prueba y asustaba a los pingüinos, dijo Le Maho.

Los investigadores probaron cinco versiones hasta que consiguieron el disfraz apropiado. Tiene una cubierta afelpada gris, brazos negros, el rostro pintado de blanco y negro, y el pico negro.          

Los pingüinos no se asustaban e incluso le cantaban “una canción especial que sonaba como trompeta”, declaró le Maho.             

Agregó que los pingüinos adultos intentaban encontrar un amigo para sus polluelos y esperaban escuchar una respuesta, pero los investigadores dijeron que no programaron el aparato para que emitiera sonidos.

“(Los pingüinos) estaban muy desilusionados cuando no había respuesta”, dijo Le Maho.

En otras ocasiones, el aparato se mezcló entre un grupo de polluelos, como “un espía”, apuntó.

Existe una razón por la que los científicos desean usar estos aparatos: la preocupación de los investigadores de que apenas al acercarse a algunos animales tímidos estos cambian su conducta y pueden alterar los resultados de los estudios, dijo le Maho, quien también usó un aparato rodante sin disfraz para espiar a los pingüinos rey y a los elefantes marinos porque esos animales no huyen de los extraños.

Los pingüinos rey atacaban a picotazos al pequeño aparato y dejaban de hacerlo cuando éste se quedaba quieto, pero incluso así les permitía acercarse y tomar lecturas.

Los gigantescos elefantes marinos ni se inmutaron cuando el robot pasaba rápidamente o alrededor de ellos.