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Reproducen con éxito “in vitro” Monja Blanca

La Monja Blanca, flor nacional de Guatemala y extinguida en el país centroamericano desde hace una década, fue reproducida "in vitro" como parte de un estudio con el objetivo de conservar la especie, informó hoy una fuente oficial.

La flor  abierta tiene unos 10 cm., tamaño grande para una orquídea. (Foto Prensa Libre)

La flor abierta tiene unos 10 cm., tamaño grande para una orquídea. (Foto Prensa Libre)

CIUDAD DE GUATEMALA – El Nacional Consejo Nacional de áreas Protegidas (Conap) dio a conocer que la planta se pudo reproducir con “éxito” y que el estudio permitirá dejar plasmado en un documento todos los procedimientos.

El proyecto, financiado por el Fondo Nacional para la Conservación de la Naturaleza, tuvo una inversión de 46 mil dólares y se llevó a cabo durante diez meses.

Su principal objetivo es “buscar la conservación, rescate y reproducción “in vitro” (en un ambiente controlado) de la Monja Blanca, flor nacional de la nación perteneciente al istmo”, según explicaron las autoridades.

” En los últimos 10 años no se han tenido reportes de avistamiento de la Monja Blanca en su estado silvestre y se sabe que existe solo en colecciones privadas”, afirmó el secretario ejecutivo del Conap, Benedicto Lucas.

” Entre sus principales amenazas están la depredación de su hábitat por diversas causas y su comercio ilícito”, agregó.

El proyecto permitió la reproducción de al menos 500 plantas sin ninguna modificación genética de la flor, que se encuentra “en mayor cantidad” en Japón y Estados Unidos, según la misma fuente.

La Monja Blanca fue designada como flor nacional de Guatemala en 1934, durante el gobierno del presidente Jorge Ubico (1931-1944).

La flor nacional está en peligro de extinción

El símbolo patrio Monja Blanca ha ido desapareciendo de su habitat natural y para evitar que se extinga depende ahora de cultivadores privados de orquídeas, según conocedores del problema.

El hábitat natural de la Monja Blanca —Lycaste Virginalis— son los bosques nubosos, especialmente los de las Verapaces; sin embargo, desde hace varios años se redujo su variedad silvestre. “Aquí en esta zona ya tenemos varios años de no verla”, afirma Rosa Xoy, quien vende orquídeas en Baja Verapaz.

Sin embargo, Rubén Arriola Batres, miembro de la Asociación de Orquideología de Baja Verapaz, comentó: “No se puede decir que está extinta, porque aún se puede observar en colecciones privadas, por lo que sería muy prematura hacer esta afirmación”.

Pese a ello, Arriola considera que son pocos los coleccionistas de orquídeas que tienen Monja Blanca.

Arriola no descarta que en los bosques de las Verapaces pueda encontrarse esta flor, aunque señaló que tendría que ser en áreas donde no hay presencia humana. “Hay que tener claro que somos nosotros los responsables de dañar el hábitat de la flora y fauna”, señaló.

Falta consciencia

Expuso que muchas especies de flora y fauna han desaparecido, pero se debe a la falta de conciencia de los vecinos sobre la preservación de la vida que nos rodea.

Rosa Xoy, quien desde hace cinco años vende orquídeas en uno de los límites del bosque nuboso, contó que ofrecen una amplia variedad de estas flores, pero no de Monja Blanca.

La vendedora recuerda que antes se internaban en los bosques, hacia la Sierra de Las Minas, donde podían observar algunas. “Caminábamos hasta ocho horas para poder encontrar algunas”, refirió.

Los vendedores saben que la manera más segura de encontrar monjas blancas ahora es con coleccionistas privados.

“Nos cuentan que personas que viven en el sector del bosque nuboso, principalmente en las fincas privadas, conservan esta flor”, relató.

Marlen de Moyno, miembro de la Asociación del Bosque Nuboso, explicó que los vendedores de orquídeas están autorizados para vender solo especies que no están en peligro de extinción, por lo que aunque hubiera monjas blancas, no podrían comercializarlas.

Agregó que la flor nacional todavía se encuentra en las Verapaces, ya que la cultivan en al menos 15 fincas privadas que hay en ese sector.

De Moyno refirió que también tienen esta flor en su hábitat en el Biotopo del Quetzal Mario Dary, aunque la mayor parte del año pasa desapercibida. “Lo que sucede es que solo florece una vez al año, más o menos entre septiembre y diciembre, que es cuando se puede observar en su máximo esplendor”, refirió.

Propone rescate

Los coleccionistas deberían donar ejemplares de la Monja Blanca para promover su rescate, sugirió Mayra Oliva, coordinadora del bosque nuboso.

Explicó que de un pseudobulbo de la planta se pueden extraer hasta tres millones de semillas, en laboratorio.

Oliva considera que el Consejo Nacional de Áreas Protegidas y el Ministerio de Ambiente deben tener un papel protagónico en el rescate de esta orquídea, en su hábitat.