CON OTRA MIRADA
70 años de Unesco
El pasado 16 de noviembre Unesco cumplió 70 años. Su fundación tuvo por objeto contribuir a la paz y la seguridad del mundo mediante la educación, la ciencia, la cultura y las comunicaciones. Entró en vigencia el 4 de noviembre de 1946, al ser ratificada por 20 países. Es un organismo especializado que depende del consejo Económico y Social de Naciones Unidas que fue creada como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial, que duró del 1 de septiembre de 1939 al 2 de septiembre de 1945 (6 años y un día). 51 países firmaron la carta de creación, el 24 de octubre de 1945.
A causa de los daños al patrimonio cultural europeo durante la guerra, la 9a. sesión de la Asamblea General de Unesco, celebrada en Nueva Delhi, en 1956, optó por crear un centro intergubernamental para el estudio e implementación de métodos de restauración.
El Estado Italiano ofreció albergar la nueva institución —ICCROM— por contar con la mayor cantidad de patrimonio cultural en Europa y tener profesionales especializados en la universidad romana La Sapienza. En 1959 se estableció y asentó en Roma. Su primer director fue el doctor H. J. Plendereith, quien por muchos años tuvo a su cargo el Laboratorio de Investigación del Museo Británico de Londres. En 1971, cuando dejó el cargo. Había 55 Estados miembros; hoy son más de 110.
Para los intereses de Guatemala en el ámbito de la conservación del patrimonio cultural, es importante la denominada Carta Internacional para la Conservación y Restauración de Monumentos y Sitios, emanada del II Congreso Internacional de Arquitectos y Técnicos de Monumentos Históricos, celebrado en Venecia, del 25 al 31 de mayo de 1964. Al año siguiente, ICOMOS aprobó la Carta, pasando a formar parte del legado de Unesco.
Su primera consideración dice: “Cargadas de un mensaje espiritual del pasado, las obras monumentales de los pueblos continúan siendo en la vida presente el testimonio vivo de sus tradiciones seculares. La humanidad, que cada día toma conciencia de la unidad de los valores humanos, los considera como un patrimonio común, y de cara a las generaciones futuras, se reconoce solidariamente responsable de su salvaguarda. Debe transmitirlos en toda la riqueza de su autenticidad”.
En su exposición de motivos, la Ley Protectora de la Antigua Guatemala (1969) hace suyos los postulados de la Carta de Venecia, por lo que su contenido es consecuente con aquella, de ahí su universalidad y vigencia. Por entonces el presidente de la República era Julio César Méndez Montenegro. El Organismo Legislativo era presidido por Enrique A. Claverie y el ministro de Educación era Carlos Martínez Durán; nombres cuya sola mención marcan una abismal diferencia con quienes les han precedido.
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