PUNTO DE VISTA

Autócratas y posverdad

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En su nuevo y excelente libro, La revancha de los poderosos, Moíses Naim nos advierte de que las sociedades libres se enfrentan a una nueva y maligna forma de poder. Una casta de políticos que tienen una nueva fórmula para llegar y permanecer en el poder. Para Naim, la fórmula se resume en “las tres pes”: populismo, polarización y posverdad.

' Los autócratas 3P han aprendido a utilizar a su favor esta arquitectura informativa.

Sadio Garavini di Turno

Los autócratas 3P, nos dice Naim: “son dirigentes políticos que llegan al poder mediante unas elecciones razonablemente democráticas y luego se proponen desmantelar los contrapesos al poder Ejecutivo mediante el populismo, la polarización y la posverdad”.

El populismo y la polarización tienen una larga historia y han sido estudiados ampliamente; la posverdad es “un ataque frontal contra el sentido de la realidad” y es difícil diferenciarla de la simple mentira. “La posverdad en el contexto de las democracias constituye un fenómeno nuevo y aterrador”.

Los políticos siempre han mentido. La posverdad se diferencia de la simple mentira a través del uso estratégico de la confusión. La posverdad no consiste en propagar mentiras, “sino en destruir la posibilidad de que se pueda decir la verdad en la vida pública. La posverdad hace que nuestro sentido de la realidad se tambalee”. En el diccionario se define “posverdad” como: “La desaparición de los criterios objetivos comunes sobre la verdad”. La línea divisoria entre los hechos y el conocimiento, por un lado, y las creencias y las opiniones, por otro, se desvanece.

Los autócratas 3P pueden ser o decirse de “izquierda”, como Chávez, Maduro y Ortega, o de “derecha”, como Bolsonaro, Putin y Duterte, pero todos han entendido que la explosión de la información y los medios, en el internet o no, ha creado enormes oportunidades para la manipulación, el engaño y el control. Ya no necesitan una censura total, se recurre, en cambio, a una incesante tormenta de información que destruye la capacidad crítica del ciudadano. Además, los algoritmos permiten enviar automáticamente mensajes basados en las creencias, preferencias y prejuicios del receptor, lo cual multiplica y refuerza la repercusión de los mensajes.

En el pasado, la autoridad y el prestigio de los grandes medios internacionales como The Economist, el N.Y. Times, el Wall Street Journal, el Times de Londres, Le Monde, Le Figaro, Il Corriere della Sera, El País, Der Spiegel, permitía filtrar las noticias más absurdas, irracionales y extremistas, y además había un acuerdo básico sobre los hechos. Las diferencias entre los medios se manifestaban en la interpretación de esos hechos y en las notas de opinión.

En la actualidad, en cambio, la explosión de los medios alternativos en las redes sociales y los algoritmos han creado las condiciones para que no haya una realidad compartida y para que las noticias y los mensajes que alimentan la violencia, el odio y las más absurdas teorías de la conspiración se propaguen mundialmente.

Los autócratas 3P han aprendido a utilizar a su favor esta arquitectura informativa. El caso más conocido es el de la injerencia rusa en las elecciones de Estados Unidos en el 2016. Pero la desinformación deliberada en la red es ya un fenómeno habitual entre los políticos a nivel mundial.

La nueva tecnología de las “ultrafalsificaciones”, que permite sustituir una foto o un video de alguien con la imagen de otra persona, es un nuevo terrible instrumento de desinformación. Para los autócratas 3P, inventarse la realidad es un instrumento más del arte de gobernar.

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