SI ME PERMITE

Debemos armonizar en medio de la diversidad

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“La armonía se obtiene por la virtud”. Platón

Cuando tenemos la suficiente madurez para entender que la diversidad es una ventaja y no un impedimento para alcanzar nuestros objetivos y nuestras metas comenzamos a vivir con la máxima serenidad y a detectar en qué espacio podemos ser mucho más productivos, y, además, trataremos de que en lo demás que habremos de involucrarnos armonice con el resto.

' El saber funcionar en el medio que nos toca debe iniciar en nosotros, antes que en los demás.

Samuel Berberián

Cada ser humano tiene un espacio muy particular, el que nos pertenece, si lo podemos detectar, y ocuparlo con la naturalidad que esto requiere, para que lo que hacemos sea una parte de lo que el resto hace. Claro está que si no somos puntuales en tiempo y espacio, otros estarán haciendo aquello que nosotros pudimos haber hecho. Nunca faltan los que en sus comentarios refieren que aquello o lo otro lo hubiera hecho, si es algo que nos ha enseñado para la próxima oportunidad bien lo vale, pero simplemente por lamentarlo en nada nos ayuda.

Es extremadamente importante que cada uno de nosotros conozca sus capacidades, como también sus limitaciones, para que pueda armonizar en el medio donde la vida le ha estado invitando a participar. No siempre es lo que nos gusta lo que podemos lograr hacer, pero sí aplicar lo que hemos aprendido y ejercitado y de ese modo hacer nuestra parte en la diversidad de áreas que la vida está ofreciendo.

Cuando vemos este mundo como una gran orquesta, en la que cada uno ocupando su lugar hace lo que le toca hacer en el momento que está indicado, se puede percibir la armonía que se manifiesta y por un momento se mira tan sencillo y tan fácil observar cómo cada uno está haciendo su parte.

La verdad, no se puede negar que no solo hay un tiempo en que se ha tenido que estudiar y aprender el manejo del instrumento que se toca, sino también para conocer la partitura que está delante para tocar en el momento que se indica. Sin lugar a duda, ninguno está allí sentado para probar si lo habrá de lograr; por el contrario, sabe lo que debe hacer sin la mayor dificultad. Esto, en otras palabras, se traduce en profesionalismo.

En este mundo, nuestras metas deben armonizar de tal modo que seamos profesionales en nuestro desempeño, para ganar el espacio y cumplir con lo que se espera de nosotros, aun en los mínimos detalles, y se debe hacer con tal naturalidad que quienes nos observan puedan respetarnos por lo que hacemos y reconocer que somos expertos para armonizar en medio de la diversidad.

Muchos, lamentablemente, a esta altura del año ya han perdido el sentido de las metas que se habían propuesto al inicio, por querer hacer las cosas a su modo y en su tiempo, y no como y cuando se debe hacer con toda la manifiesta responsabilidad.

La vida puede que se esté complicando, pero nunca al punto de que nos tenga que paralizar, sino por el contrario, desafiarnos para que mostremos que tenemos, primero, la voluntad de hacer lo que debemos hacer, y luego, la capacidad y disciplina para alcanzar la meta. Si ponemos todo de nuestra parte, esto no será difícil de alcanzar.

No hay ninguna duda de que el logro de las metas trazadas es un proceso que puede generar una gratificación porque, además de la emoción que sentimos, también nos motiva y nos anima para que sigamos planificando a corto y largo plazo, sin olvidar que convivimos con los que nos rodean.

ESCRITO POR:

Samuel Berberián

Doctor en Religiones de la Newport University, California. Fundador del Instituto Federico Crowe. Presidente de Fundación Doulos. Fue decano de la Facultad de Teología de las universidades Mariano Gálvez y Panamericana.