Nos encontramos en una encrucijada. O nos vamos de picada o salimos a flote. En el tema de que nos convirtamos en Tercer País Seguro, los peligros son inminentes por lo que les resumo el boletín de Foro Guatemala (FG).

Ante la compleja y difícil Problemática Migratoria Actual, se ha catapultado a un primerísimo plano la difícil problemática compartida de la migración irregular hacia los Estados Unidos que se debe subsanar. FG habla del Acuerdo de Cooperación entre Guatemala y Estados Unidos cuyo objetivo es “albergar temporalmente en nuestro territorio a los solicitantes de asilo de diversas nacionalidades, en lo que duran sus trámites en EE. UU.

Resumiéndolo en buen chapín, este Acuerdo de que seamos “Tercer País Seguro” equivale a decir que hemos perdido nuestra soberanía y que convierten a nuestra Patria en un “deposito” de personas de diferentes nacionalidades que buscan asilo en Estados Unidos. Para algo semejante, no estamos preparados. Me pregunto. ¿Qué nos espera con este Acuerdo sino más violencia, inseguridad y pobreza?

Por la falta de condiciones y capacidades en Guatemala: financieras, institucionales, técnicas, procedimentales, de recursos humanos, de infraestructura y de seguridad para hacer frente a estos requerimientos, el Acuerdo pretende subsanarlo con aportes de cooperación internacional. No obstante, no parece ser viable para nosotros los guatemaltecos. Además existen dudas y objeciones judiciales tanto en EE. UU. como en Guatemala sobre diversos aspectos de la legalidad en que el Acuerdo ha sido pactado.

El boletín dice que no se explica la secretividad en que el Acuerdo fue negociado, ni sobre supuestos anexos operativos que aún no se dan a conocer. Elementos sustanciales de implementación podrían darnos una visión más precisa y objetiva sobre aquello a lo que nos estaríamos enfrentando.

El boletín acepta que existe comprensión y solidaridad para aquellos connacionales guatemaltecos y para con los vecinos salvadoreños y hondureños que ya optaron por abandonar sus países y decidieron aventurarse a la ruta de una migración irregular, motivados por la falta de oportunidades y de ingresos para una vida digna, por las precariedades extremas y la falta de servicios básicos, y por la violencia e inseguridad en sus territorios. Estos hechos no son nuevos para nosotros. Cada día nos encontramos con alguien que se quiere ir “mojado” por no soportar más el caos económico o la situación de inseguridad o violencia en que viven.

La nota de FG dice que somos co-responsables y, estamos obligados a esforzarnos internamente a generar las oportunidades de desarrollo, empleo y servicios básicos en condiciones de seguridad humana y en un marco de un verdadero Estado de derecho. Me pregunto si el nuevo gobierno que reciba “la pacaya” podrá asumir sus responsabilidades.

Es innegable que la búsqueda de soluciones constructivas y duraderas no puede partir de imposiciones unilaterales, indebidas presiones económicas, ni amenazas de penalizar las remesas o impedir los viajes debidamente documentados, tal y como lo dice el boletín. Todo debe ser abordado de forma integral y regional y no solamente desde la perspectiva de la seguridad nacional, sino desde la perspectiva del desarrollo.

Considero que con la búsqueda de soluciones dignas y duraderas que garanticen nuestra soberanía y alejados de graves riesgos de inseguridad y violencia, todo puede cambiar para bien de las diversas partes. Mañana domingo 11 de agosto, veremos quien recibe ¨la pacaya¨ y sólo el tiempo nos dirá si escogimos bien.