Volviendo la historia atrás, recuerdo cuando se realizaron las obras del urbanismo para la ciudad de Guatemala. Fue entre los años 1955-1985, cuando se llevaron a cabo las obras estratégicas urbanas tanto por el Gobierno Central como el municipal. Fue a mediados de los años cincuenta cuando la ciudad de Guatemala empezó a experimentar grandes cambios en sus funciones, forma y expresiones arquitectónicas. Fue determinante un modelo económico cuando en 1961 se promulgó la Ley de Parcelamientos Urbanos con nuevos desarrollos, con una serie de obras que generaron una expansión urbana que iría acompañada de un nuevo sistema vial, como la carretera Panamericana, que vincula a casi todos los países del continente americano, en una época cuando el Mercado Común cambió la economía urbana y creó una clase media profesional, comercial, industrial y obrera, que requería de nuevo ámbito de vida urbana. Este modelo hizo necesario contar con un centro de negociaciones y exhibiciones de productos, lo que condujo a la creación del Parque de la Industria, el que ahora convirtieron en hospital ante la pandemia. La dinámica urbana hizo necesario que la ciudad contará con un sistema vial y de transporte que al final impactaría en el medioambiente, con una mayor contaminación atmosférica por el uso de los sistemas energéticos de fósiles en el transporte en general. Fue una época cuando se desarrollaron más edificaciones significativas.

Pero en 1976 la política de vivienda cambió de manera radical por el terremoto. Así, surgieron proyectos habitacionales multifamiliares y apartamentos mínimos. Y nació la política de la migración hacia al área metropolitana. Generó un urbanismo de los barrancos y migrantes que establecieron una economía de las remesas, con US$1.205,644, con sus trabajos en EE. UU.

El país registró un aumento del tránsito vehicular, alcanzando en la actualidad 3.54 millones de unidades en todo el territorio nacional. Fue en esta época cuando se dieron las expansiones urbanas en la ciudad de Guatemala, pero también fue en esta época cuando dio inicio el conflicto armado interno, a partir de 1960.

Ante este panorama, con el tiempo Guatemala se convertiría en un país importador de combustibles derivados del petróleo. En el primer semestre del 2019, se importaron 21.338,544.74 barriles de productos petroleros. Ante este panorama, Guatemala si no empieza a planificar su futuro se verá sumergida en grandes problemas, con sus 3.54 millones de vehículos, cifra que puede aumentar de forma significativa en los próximos siete años, con un aumento de hasta 50% de la compra de motocicletas. Y será el final de la existencia de los vehículos con energía fósil, con el uso de automóviles eléctricos para alcanzar los objetivos de París. Cuando se empieza a manejar la crisis ambiental —cambio climático— en una política mundial, para luchar particularmente con su variable en el cambio climático.

“Decenas de ciudades europeas planean prohibir la venta de autos con el uso de combustión interna dentro de las ciudades después del 2030”. (The New York Times). El Acuerdo de París establece dos procesos de examen, cada uno de ellos en un ciclo de cinco años, y en que el diseño urbano se verá enmarcado dentro de la vegetación, que se convertirá en un instrumento importante para el control microclimático. Oceanógrafos aseguran que el cambio climático aumentó el número de huracanes, como los recientes, que ocasionaron un desastre territorial.