Este año, en el marco de la conmemoración del Día Internacional contra la Corrupción, Naciones Unidas nos recuerda la importancia de trabajar “unidos contra la corrupción para el desarrollo, la paz y la seguridad”.
De hecho, en nuestro país, diferentes organizaciones aglutinadas bajo el esfuerzo denominado GuateÍntegra, que coordina la Cámara de Industria de Guatemala, y un esfuerzo conjunto de todos los capítulos de la Cámara de Comercio Internacional (ICC, en inglés) están sumándose a una campaña de impacto para los 13 países que cuentan con capítulos nacionales en la región de las Américas, para decir “La corrupción es un problema de todos” y como tal #pongamosunalto a este flagelo.

Estos mecanismos colectivos, que son un llamado a la acción, nos recuerdan que todos podemos contribuir desde diferentes espacios. De hecho, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo ha generado piezas que ayudan a varias organizaciones a implementar mecanismos institucionales para fortalecer la democracia, promover la justicia, apoyar la educación, crear prosperidad, salvaguardar el desarrollo y mejorar la salud pública, desde diferentes visiones dentro del Gobierno, organizaciones no gubernamentales, medios de comunicación, sector privado, sindicatos y hasta personas en lo individual, con ejemplos claros sobre cómo todos podemos luchar contra la corrupción.

Esto es muy importante desde un punto de vista económico. Según estimaciones del Banco Mundial, la corrupción representa hasta un 10% del costo económico de hacer negocios, y en el ámbito social muchos de los flagelos que tiene nuestro país en términos de salud, educación y nutrición se ven directamente afectados por una caída drástica en la inversión en los últimos años por parte del Gobierno, por la falta de mecanismos institucionales dentro de las organizaciones públicas, de criterios de eficiencia y calidad del gasto público que ayuden a controlar mejor los procesos de compras o de contratación de personal.

Guatemala está evaluada en la posición 144 de 180 países, según el índice de percepción de corrupción que publica Transparencia Internacional, con una puntuación de 27 puntos sobre 100. Esto resalta la urgencia para que desde diferentes espacios podamos apoyar al próximo gobierno para que pueda trabajar un proceso que permita fortalecer el servicio civil dentro del Ejecutivo y que desde el Congreso de la República se puede lograr aprobar una reforma a la Ley de Servicio Civil que fomente la meritocracia, la gestión del desempeño y que fortalezca la gerencia pública. Esto implica un cambio cultural de parte de los principales actores sociales que les permitan a las instituciones públicas crear mejores prácticas de gestión de recursos humanos y un desempeño por objetivos y competencias.

Aunado a esto, los sistemas de compras y de contrataciones deben introducir mejoras tecnológicas que ayuden a reducir la discrecionalidad del funcionario público en la toma de decisión y generar plataformas que ayuden a dotar de mayor transparencia, con sistemas de control cruzado que genere pesos y contrapesos hacia la gestión pública, sin reducir la eficiencia de las instituciones.

Acciones concretas en materia de fortalecimiento institucional que sean apoyadas desde diferentes sectores en materia de servicio civil, agenda digital, mayor representación de los partidos políticos ante sus electores y participación democrática, así como un trabajo enfocado en fomentar un sistema de justicia cuyas resoluciones sean prontas, cumplidas y apegadas a derecho, son necesarias para ver resultados positivos en la lucha contra la corrupción.