Uno de los desafíos más importantes de los países de América Latina y del Caribe es lograr desarrollarse con un grado adecuado de sustentabilidad ambiental. Muchos esfuerzos no han prosperado por las evidentes contradicciones que se dan dentro de la modalidad prevaleciente en la región entre el crecimiento económico y el medioambiente.

El cambio climático se define como la variación en el estado del sistema climático terrestre, formado por la atmósfera, la cronósfera la hidrósfera, la litósfera y la biósfera, que perdura durante períodos suficientemente largos (décadas o más tiempo) hasta alcanzar un nuevo equilibrio. Puede afectar tanto los valores medios meteorológicos como su variabilidad y extremos.

Empezamos por “El cambio climático”, una prioridad para los docentes que desde noviembre del 2021-25 ha habido un reconocimiento de que el cambio climático constituye uno de los problemas mundiales más importantes, por sus efectos, que se manifiestan claramente a través de las sequías anuales, las intensas lluvias, las inundaciones, los incendios forestales y el deshielo acelerado de los polos norte y sur.
Todos estos cambios han conducido a muchos países de las Naciones Unidas y a numerosas organizaciones preocupadas a realizar investigaciones y estudios y a llevar a cabo un seguimiento de los fenómenos climáticos.

Existen seis causas y 10 consecuencias del cambio climático. El cambio de la variación en las condiciones que definen el clima de una región entre dos períodos de tiempo. Durante su evolución, la Tierra ha experimentado varios cambios climáticos, por ejemplo en las glaciaciones.

Las causas del actual cambio climático se deben principalmente a las actividades de los seres humanos y sus consecuencias, que pueden ser devastadoras para la vida sobre el planeta. Existen registros de medición de la temperatura con termómetros desde 1760.
Otras estrategias se han utilizado para estimarla antes de ese tiempo, como los anillos de crecimiento de los árboles. Con todo, se sabe que en los últimos 50 años la temperatura aumentó respecto de los 200 años anteriores. A esto lo conocemos actualmente como calentamiento global. Los gases, como el vapor de agua, el dióxido de carbono (CO2), metano y óxido de nitrógeno pueden absorber la radiación infrarroja, provocando el efecto invernadero en la Tierra, un fenómeno que hace que la atmósfera se caliente.
No obstante, a raíz de la revolución industrial y del consumo excesivo de combustibles como el petróleo, el carbón y el gas natural, la concentración de los gases con efecto invernadero en la atmósfera ha aumentado y, con ello, el calentamiento de la misma.
Las erupciones volcánicas pueden causar alteraciones en el clima de ciertas regiones. Inducen un calentamiento de la atmósfera y la superficie de los océanos.

Los aerosoles troposféricos actúan, principalmente, refrescando el sistema climático, ya que reflejan la radiación solar, actuando como especie de bloqueadores solares, impidiendo que los rayos del sol lleguen hasta la superficie terrestre.

El uso de las tierras y la deforestación, en gran medida, nos lleva al cambio climático regional. Es conocido que las áreas urbanas mantienen más el calor, debido a las construcciones y a la menor densidad de plantas. Por otro lado, menor densidad de bosques significa menor fijación del dióxido de carbono que queda libre en la atmósfera.