El presidente Alejandro Giammattei afirmó, el pasado miércoles, que la corrupción afecta las posibilidades de desarrollo y limita las capacidades del Estado para brindarle bienestar a la población. Su discurso, en conmemoración del Día Internacional contra la Corrupción, lucía bien, lástima grande que no lo ponga en práctica porque ha dado señales de que no es consecuente con lo que afirma. Por ejemplo, le disgustan los reportajes sobre corrupción y ese día lo volvió a traicionar su lado hepático cuando mostró su molestia por las investigaciones que realizan los periodistas independientes. Las expresiones: “Me parece que el señor Marvin del Cid nos la trae” y “nosotros mismos consideramos que se está extralimitando” sonaron a amenaza. Es evidente que rechaza las investigaciones periodísticas en torno a actividades irregulares en las que él estaría involucrado. Es peligroso porque puede alentar a funcionarios o empleados a tratar de quedar bien con él con acciones contrarias a la libre emisión del pensamiento.

El gobernante afirma que lucha contra la corrupción, pero hay evidencias de acciones contra quienes denuncian ese tipo de actos. Ese es el caso de los periodistas Marvin del Cid y Sonny Figueroa que han efectuado investigaciones en torno al círculo de poder del presidente Giammattei. La respuesta han sido alusiones directas del mandatario y agresiones de todo tipo. En septiembre, Figueroa fue golpeado por agentes policiales, capturado y conducido a la Torre de Tribunales. Las autoridades policiales llegaron al extremo de convocar a una conferencia de prensa para desacreditar a Figueroa. Recientemente Del Cid denunció que desconocidos dejaron en su vivienda este mensaje: “Marvin y Sonny dejen de investigar y publicar mierdas o ya verán”. A eso se agrega que el viernes 27 de noviembre un grupo de ocho agentes policiales ingresó a un complejo de restaurantes de la zona 4 donde cenaban Del Cid y Figueroa y amenazó con detener a este último sin ninguna causa. Estos actos no son coincidencias, forman parte de acciones que provienen de una mente siniestra e intolerante.

¿Cuál es la molestia? Del Cid y Figueroa crearon Artículo 35, un sitio web desde el cual publican investigaciones periodísticas. La más reciente se refiere a un tramo carretero de 11.7 kilómetros que el Ministerio de Comunicaciones construye a un costo de Q58 millones, pero que favorecerá a familiares de Giammattei. Según la investigación, la obra que unirá los municipios de Santa María de Jesús, Sacatepéquez, y Palín, Escuintla, pasa por la finca El Nacimiento, propiedad de la familia materna del mandatario. Vecinos entrevistados por los dos periodistas refirieron que el propio gobernante ha llegado en vehículos oficiales y en helicóptero a observar el avance de los trabajos. Las fuentes indican que el más asiduo al lugar es Miguel Martínez, director del Centro de Gobierno, quien aparentemente sería el encargado de supervisar la construcción de un complejo residencial en la finca.

El presidente no puede decir que es adalid de la lucha contra la corrupción si al mismo tiempo incita, en forma directa o indirecta, acciones contra periodistas porque le molestan sus investigaciones. Desde mediados de agosto, cuando Giammattei les puso el mote de “el combo” a Del Cid y Figueroa, estos han sufrido recurrentes ataques contra su integridad física y psicológica. Entonces, la mentada lucha contra la corrupción se convierte en un falso discurso presidencial porque él mismo estaría incurriendo en el uso de fondos públicos para beneficio personal. Decir que lucha contra corrupción, pero al mismo tiempo compra votos de diputados para quedarse con la junta directiva del Congreso es corrupción. Entonces, hablar de combatir ese flagelo se convierte en un discurso vacío.