Según el análisis del almirante Alan West, exjefe de la Armada británica en la década de 2000 y asesor militar del primer ministro Gordon Brown, estamos al borde de que se inicie un gran conflicto global. Todo podría escalar en cuestión de días, y dejaría millones de víctimas, a causa del uso de armas nucleares.

Aunque muchos consideran que es un escenario catastrófico, nunca habíamos estado tan cerca de una guerra global como el día de hoy. Según este análisis, todo podría desencadenarse debido al conflicto entre Israel y el grupo terrorista Hamás. Si Israel responde con demasiada severidad sobre Gaza, en respuesta al ataque propinado sobre ellos el 7 de octubre, otros grupos enemigos de Israel podrían unirse desde Líbano, si es que Hezbolá se involucrara, lo cual obligaría a Israel a atacar a este país para protegerse, y debido a su situación política tan inestable, Líbano colapsaría.

Esto obligaría a Siria a intervenir en defensa de su aliado, y su presidente Al-Assad, que cuenta con el apoyo de Rusia, y por ende de China, arrastraría abiertamente a Putin y Xi Jinping al conflicto, ya no atrás de bambalinas, sino frontalmente.

Luego de esto, según Alan West, Irán, que es aliado de Rusia y China, entraría al conflicto para acorralar a Israel conjuntamente con Siria, y contra los aliados occidentales en la región. Ante este panorama, Israel no tendría otra opción que lanzar un ataque contra Irán, pero con apoyo de Estados Unidos y la Otán.

Con las potencias occidentales involucradas, Arabia Saudita tendría que tomar partido también a favor de las alianzas árabes, y en cuestión de días el mundo habría entrado en un caos total. En el cual, si algún bando empieza a perder terreno, la probabilidad de la utilización de armas nucleares sería muy real.

En los últimos días vimos cómo EE. UU. movilizó al mar Mediterráneo portaviones y aviones de combate para apoyar a Israel. También el gobierno de Joe Biden envió un mensaje de alerta a los ciudadanos americanos para que abandonen las regiones en conflicto. Por un lado, Biden visitando personalmente a Netanyaju en Israel, y por el otro, Putin desplazándose a China para hablar “personalmente” con su aliado Xi Jinping. No hay que olvidar que, aparte de que ya existe un caos general, todos estos países “tienen intereses particulares”.

Paralelamente al asunto bélico, Irán tomó el liderazgo en la contraparte de Israel. El ministro de Asuntos Exteriores iraní anunció la petición de un embargo petrolero, lo que ocasionó que se disparara el crudo, más de un 3%, después de conocer la petición de Irán a la OCI (países miembros de la Organización para la Cooperación Islámica), para que inicien esta prohibición de comercializar petróleo con Israel.

Además han solicitado que, de manera inmediata, se expulse a los embajadores israelíes de sus respectivos países. Este miércoles se celebró una reunión urgente de la OCI, donde se discutió el conflicto palestino-israelí. La propuesta iraní es ahogar económicamente a Israel por la vía de lo que pueden hacerle los países islámicos a través del petróleo, donde participarían los 51 estados que están en esa organización, poniendo la economía israelí en una situación complicada, y el precio del petróleo se dispararía a nivel mundial.

Aunque teóricamente la posibilidad de que un conflicto específico, como el que hay entre Israel y Hamás, desemboque en una tercera guerra mundial, es poco probable en el contexto actual, las circunstancias y las dinámicas geopolíticas han evolucionado desde las guerras mundiales anteriores. Sin embargo, si estuvieran involucrados los países antes mencionados, entonces las cosas podrían cambiar diametralmente.