Todos hemos sido testigos de la Amazonía arrasada en Brasil y la deforestación y destrucción de los ecosistemas que estamos viendo a lo largo del planeta. Por ello ha nacido una fuerte presión social de los jóvenes con manifestaciones en todo el planeta, promovidas especialmente por una chica sueca llamada Greta Thunberg, de 16 años de edad. Ella le ha dado una lección al mundo cuando se paró valientemente frente al micrófono de la ONU a expresar su malestar por la inacción de los líderes mundiales frente al cambio climático y casi entre lágrimas dijo así:

“La gente está muriendo y los ecosistemas están colapsando. Estamos al principio de una extinción masiva y todo de lo que ustedes saben hablar es de dinero y de historias de eterno crecimiento económico. ¡Cómo se atreven! Por más de 30 años, la ciencia ha sido clara. Cómo se atreven a voltear la cara y decir que han hecho lo suficiente cuando las políticas y soluciones necesarias no las vemos. (…)Y si ustedes realmente entienden la situación y aún así dejan de actuar, entonces ustedes sí son malévolos. (…) ¿Cómo se atreven a decir que se puede actuar y seguir cruzados de brazos? Con los niveles de emisiones actuales de hoy, el presupuesto de disminuir los niveles de CO2 se terminará en menos de ocho años y medio. (…) ¡Ustedes nos han defraudado! Pero los jóvenes están empezando a entender su traición. Los ojos de todas las generaciones futuras están sobre ustedes. ¡Y si ustedes escogen defraudarnos, les digo que nosotros jamás los perdonaremos!” Recapacitando sobre sus palabras, me doy cuenta que el problema se reduce al egoísmo y ambición desmedida de querer acaparar más dinero sin importar nada más.

Así fue como el viernes 20 de septiembre millones de jóvenes y adultos de todo el mundo se unieron a protestar desde Sídney, extendiéndose a todos los continentes. En Estados Unidos, analistas políticos se mofaron de las protestas argumentando que era ridículo que los jóvenes faltaran al colegio para protestar. ¿Acaso no ven que tienen justo motivo, pues es a ellos a quienes les heredaremos el problema climático?

La Cumbre de Acción Climática de la ONU, celebrada el pasado 23 de septiembre, fue el marco perfecto para presentar 28 innovaciones, pero también ayudó a que los jóvenes fuesen vistos y escuchados. Dicha Cumbre tuvo como objetivo desarrollar soluciones ambiciosas en seis áreas: una transición global a las energías renovables, infraestructuras y ciudades sostenibles y resistentes; agricultura sostenible y manejo de bosques y océanos; resiliencia y adaptación a los impactos climáticos, y alineación de las finanzas públicas y privadas reduciendo las emisiones a prácticamente cero a mediados de siglo.

Rita Misháan, exembajadora de Cambio Climático de Guatemala y codirectora del Comité de París para el Fomento de Capacidades (PCCB), comentó que en dicha Cumbre se dieron cita líderes mundiales, socios comerciales y sociedad civil; además, facilitó que surgiera un poderoso movimiento juvenil con señales de advertencia que se lanzan desde la ciencia.

Rita indicó que en el pasado, el marco de negociaciones se encontraba entre el norte y el sur, y que hoy la batalla es entre “los que creen y respetan la ciencia y los que la niegan”. Y yo me pregunto, ¿cómo pueden líderes mundiales negar la ciencia? ¿Dónde está su escolaridad? Ojalá esta Cumbre realmente sirva para que actúen con innovación, tecnología, transformación y, en especial, con cambio de actitudes. Si no sucede, se cumplirá la predicción de la jovencita sueca, que estamos al principio de una extinción masiva y muchos en el futuro serán juzgados.