PLUMA INVITADA

Jaque a la verdad: riesgo de la Guerra Gris

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Una de las personas más interesantes que he conocido es el coronel Olmedo Vásquez, quien en su libro Jaque a la verdad nos motiva a revisar y corregir nuestra historia en las áreas donde los mitos la distorsionan. Cada plática con él abre nuevas ventanas cognitivas a causa de su extraordinaria experiencia, agudo intelecto y su amplio conocimiento académico, al tener dos doctorados, uno de Sociología y Ciencia Política, de Salamanca, y otro en Seguridad Estratégica de la Usac.

' Los analistas de la seguridad nacional en cibernética deberán considerar esta nueva problemática.

Carlos Rivers Sandoval

En esta era dominada por la tecnología de la información, nos alerta sobre cómo los enemigos de la Patria, la libertad, el estado de Derecho y la democracia erosionan la verdad y destruyen nuestra cohesión social, hackeando la computadora más importante: el cerebro. El libro se enmarca en esta tecnología, importantísima por poder definir nuestro futuro y la esencia de seres humanos libres e inteligentes.

Una faceta de esta nueva era es la Guerra Gris (Ciberwarfare), nuevo término que describe la sorda batalla peleada desde hace varios años entre Estados Unidos, China comunista y sus satélites, con el fin de controlar la información, el internet y la noosfera de la conciencia colectiva, con el fin de dominar al mundo futuro, cada uno a su imagen y semejanza.

Big Data, Machine Learning, inteligencia artificial y computadoras cuánticas son componentes de esa revolución tecnológica, que ahora llega a niveles casi humanos y que son capaces de llevar por sí mismas el conflicto cibernético a consecuencias imprevisibles, con grave riesgo existencial para la humanidad.

El libro del Dr. Vásquez, ejemplo de historiografía política guatemalteca del siglo XX, demuestra los efectos de la mentira y de cómo la verdad es distorsionada dolosamente y modela un pasado imaginario sobre el doloroso conflicto armado interno. Dicha mutación fue desarrollada por medio de un imaginario y narrativas equivocadas, producto de la seudointelectualidad de la izquierda, fiel a la doctrina de los filósofos del totalitarismo marxista, leninista, maoísta, de Engels, Beria y Gramsky, quienes modelan las absurdos terrorismo, mentira y traición como mecanismos doctrinarios y heroicos de la lucha de clases. En nuestro caso se agregó a lucha de clases, una lucha de etnias. Una perversión grave.

Al colapsar la Unión Soviética y finalizar la Guerra Fría, esta doctrina marxista ha mutado hacia una fuerza llamada progresista, bajo el manto eufemístico de un nuevo socialismo del siglo XXI, arraigado fuertemente en América Latina y que constituye una autocracia populista, con extraordinaria capacidad de destruir los cimientos de la civilización occidental. Sigue a la metodología en que la única realidad del materialismo histórico y de la moral revolucionaria es que el fin justifica los medios y por eso la mentira es parte de la lucha.

Debido a que la total derrota militar de todos los movimientos subversivos latinoamericanos, especialmente por el colapso del imperio soviético, el nuevo planteamiento persiste en la lucha de clases, con métodos políticos ahora usados hasta lograr que los ciudadanos, en elecciones democráticas, lleven al poder a los nuevos líderes populistas de la izquierda revolucionaria.

El doctor Vásquez analiza 24 mitos que distorsionan nuestra reciente historia. Señala que la intención de intelectuales de izquierda es atacar los cimientos democráticos del estado de Derecho, para lo cual a) hacen apología de la Revolución de Octubre del 44 y del gobierno subsiguiente; b) distorsionan esta historia, con clara ideología de lucha de clases y métodos violentos; c) también lo hace con la actuación de los Comités Voluntarios de Defensa Civil; d) el papel del Ejército y algunos líderes políticos y militares, y e) el movimiento subversivo y su participación en el conflicto armado, supuestamente heroica.

Buscan penetrar la conciencia colectiva, en especial de los jóvenes, y destruir el soporte de la historia, nacionalidad y democracia. Estos son los puntos que debemos aclarar y fortalecer dentro de un nacionalismo sano. Lo que no es mito es que sin el conflicto armado interno, provocado por la subversión, el ingreso per cápita de los guatemaltecos durante esos 36 años de lucha se habría casi triplicado, porque causa fundamental de la actual pobreza es la subversión de la URNG.

La Guerra Gris moderna no escapa a los fines revolucionarios, al conformar una contemporánea dimensión a nuestra problemática doméstica. La batalla entre democracia y autoritarismo; libertad y opresión, se libra en el ciberespacio, en nuestros teléfonos, computadoras, cables y satélites… para alcanzar la hegemonía mundial. Habla de una balcanización del internet y genera cuatro polos de innovación cibernética: Estados Unidos, la República Popular China, India y Japón.

Los analistas de la seguridad nacional guatemalteca en cibernética deberán considerar esta nueva dimensión problemática hacia el futuro, y observar cómo, por medio de la electrónica de telecomunicaciones, se afectan nuestras mentes, libertades e identidad nacional, para tomar las medidas correctivas necesarias. De nuevo, nuestra accidentada soberanía nacional afronta graves peligros, similares a los de la segunda mitad del siglo XX. Felicito a mi amigo Olmedo por su motivación a para revisar nuestra historia y corregirla en las áreas distorsionadas por los mitos.

 

*Abogado

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