La Organización Mundial del Comercio (OMC) se enfrenta a un momento decisivo. Las funciones de la Organización están bajo presión y varios de sus miembros consideran que necesita ser reformada. Entre las actividades regulares principales se encuentran: administrar y elaborar las normas comerciales multilaterales, servir de foro para las negociaciones comerciales y proporcionar un mecanismo efectivo para resolver las controversias.

Con la expansión del coronavirus este año, que se vislumbra ya una crisis económica de grandes dimensiones que posiblemente cambiará la forma tradicional de hacer negocios, forzará reformas a la organización. Pero a pesar de este sombrío panorama, hay razones para ser cautelosamente optimista. La OMC es la institución intergubernamental que regula las prácticas comerciales a nivel mundial.

La reforma de la institución no se trata solo de reformar por reformar, sino a través de esta reforma, entre otras, actualizar la normativa, así como el funcionamiento de la organización, pero también poner de relieve sus virtudes para facilitar el desarrollo económico sostenible, incluida la creación del empleo decente, tan importante para los países en desarrollo.

La reforma tendrá que abordar sus funciones principales. Pero, como las decisiones de la OMC se basan en el consenso, las posibilidades de una revisión a profundidad son escasas. La Reforma deberá abarcar cuestiones institucionales más amplias y los miembros se verán obligados a examinar algunos de los principios, así como el sistema de adopción de decisiones de la organización.

Para modernizar y fortalecer la OMC, su agenda de trabajo deberá incluir temas tales como la transparencia, un acuerdo multilateral sobre la reducción de los subsidios a la pesca, en este caso se ve como una prueba de si el organismo mundial todavía puede lograr acuerdos multilaterales, siendo esta la única negociación multilateral en proceso, la facilitación de las inversiones, la extensión de la moratoria del comercio electrónico (los miembros han aplicado una moratoria contra los aranceles a las transmisiones electrónicas internacionales desde 1998, que vence en junio de este año), una evaluación del actual sistema de aplicación del Trato Especial y Diferenciado para los países en desarrollo en la aplicación de diversos acuerdos de la OMC, un acuerdo multilateral sobre el comercio electrónico, la provisión de una plataforma de comercio global para micro, pequeñas y medianas empresas y la integración de las mujeres en el sistema de comercio formal.

Estos temas deberán combinarse con la agenda de reforma de la agricultura, especialmente la seguridad alimentaria y la eliminación de subsidios perjudiciales que conducen a la pobreza humana y empobrecen el medio ambiente.

La modernización de la organización implica, por lo tanto, la resolución de aspectos de la economía tradicional basados en el bienestar que son significativos. La OMC debe reformarse para cumplir con la prueba de capacidad de respuesta y flexibilidad a la gama de intereses de negociación de sus miembros.

Este año la OMC, conforme a sus estatutos, debe realizar su Doceava Conferencia Ministerial, programada para junio de este año, la cual ya fue pospuesta debido a la pandemia del coronavirus. En esta reunión ministerial se espera que se tomen decisiones sobre los temas antes mencionados, de suma importancia para la Organización

Con la creación de la OMC en 1995, cuyo espíritu fue que allanaría el camino del desarrollo, con una liberalización gradual del comercio, no el libre comercio en sí mismo, sino la liberación gradual del comercio basado en normas conforme a las necesidades y a las capacidades, especialmente de los países en desarrollo.